domingo, 11 de octubre de 2009

Más sobre nacionalismo e identidad.

A continuación varias frases sacadas de Identidades asesinas de Amin Maalouf. Este magnífico novelista de origen libanés pero exiliado en Francia desde 1975 se atreve también con el ensayo. Además de éste se acaba de publicar El desajuste del mundo. Cuando nuestras civilizaciones se agotan.



"Y es en esto en lo que quiero insistir: gracias a cada una de mis pertenencias, tomadas por separado, estoy unido por un cierto parentesco a muchos de mis semejantes; gracias a esos mismos criterios, pero tomados todos juntos, tengo mi identidad propia, que no se confunda con ninguna otra."



"(…) si los hombres de todos los países, de todas las condiciones, de todas las creencias, se transforman con tanta facilidad en asesinos, si es igualmente tan fácil que los fanáticos de toda laya se impongan como defensores de la identidad, es porque la concepción “tribal” de la identidad que sigue dominando en el mundo entero favorece esa desviación."




"Al mismo tiempo, todo el mundo admitirá que futuro de un país no puede ser una mera prolongación de su historia; sería incluso desolador que un pueblo, cualquiera, venerara más su historia que su futuro, un futuro que se construirá con cierto espíritu de continuidad pero con profundas transformaciones, y con importantes aportaciones del exterior, como ocurrió en los grandes momentos del pasado."




"¿Acaso no es la principal virtud del nacionalismo hallar para cada problema un culpable antes que una solución?"



"En realidad, si afirmamos con tanta pasión nuestras diferencias es precisamente porque somos cada vez menos diferentes. Porque, a pesar de nuestros conflictos, de nuestros seculares enfrentamientos, cada día que pasa reduce un poco más nuestras diferencias y aumenta un poco más nuestras similitudes."




"Las tradiciones sólo merecen ser respetadas en la medida en que son respetables, es decir, en la medida en que se respetan los derechos fundamentales de los hombres y las mujeres. Respetar “tradiciones” o leyes discriminatorias es despreciar a sus víctimas."




"Cuando me preguntan qué soy “en lo más hondo de mí mismo”, están suponiendo que “en el fondo” de cada persona hay sólo una pertenencia que importe, su “verdad profunda” de alguna manera, su “esencia”, que está determinada para siempre desde el nacimiento y que no se va a modificar nunca; como si lo demás, todo lo demás—su trayectoria de hombre libre, las convicciones que ha ido adquiriendo, sus preferencias, su sensibilidad personal, sus afinidades, su vida en suma—, no contara para nada."

No hay comentarios:

Publicar un comentario