lunes, 28 de marzo de 2011

El Wallander de siempre

Parece que Mankell ha ido depurando cada vez más su estilo. Gran narración de la investigación con un Kurt Wallander agotado, diabético, con tentaciones de tirar la toalla en algunos momentos, con los secundarios de siempre, etc. En la línea habitual de la serie: trama bien trabada y contada manteniendo el interés a lo largo de sus más de 700 páginas.

Siempre, tras la lectura de un libro de Mankell, me surge la pregunta de cómo se le pueden ocurrir tantas cosas para una historia relativamente simple. Los nórdicos en general tienen una enorme capacidad de fabulación y creación. ¿Será por el frío y los largos inviernos?


Henninng Mankell, Pisando los talones.

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