miércoles, 8 de junio de 2011

Andamio

15-M

Mesa redonda en el Club Diario de Mallorca sobre el tema. En la mesa dos profesores de universidad, un sociólogo y un filósofo que participa en la movilización de la Plaza de España (rebautizada Islandia). Público de mediana edad hacia arriba y algún participante más en la movilización. Varias intervenciones pero poco debate pues las opiniones eran en gran parte coincidentes. Se pretendía responder a preguntas como, ¿qué es el movimiento 15M? ¿cuál es su futuro? De lo oído extraigo las siguientes ideas muy sintetizadas:
-Hay que diferenciar entre el 15 de mayo y lo que pasó después: la acampada.
-Movilización espontánea y con gran protagonismo de las redes sociales.
-Gran heterogeneidad de los participantes, eso sí, con una cosa en común: alto grado de indignación con la situación económica, política, social, vital,…
-Autoorganización y actividades de todo tipo, de guardería a teatro.
-Permanentes debates y coordinación siempre de abajo a arriba.
-Se están elaborando peticiones e intentando llegar a un acuerdo de mínimos. Posiblemente se haría una petición al Parlamento a través de una iniciativa popular.
-No hay acuerdo por ahora sobre el futuro del movimiento, aunque mayoritariamente no se quiere fundar un partido político o una ONG.


Europa, europeísmo, escepticismo.

Malos tiempos para los que, de considerarnos algo, nos consideramos europeos. A gusto cambiaría mi actual pasaporte por otro que en su portada llevase la inscripción de Estados Unidos de Europa. Esa ciudadanía sí me gustaría llevarla. Sin embargo, los políticos actuales que gobiernan la mayoría de los países de la Unión Europea parece que no están por esa labor sino, bien al contrario, por eliminar lo poco que se ha avanzado en esa dirección.
Desde antes de la actual crisis económica, pero sobre todo desde su llegada, asistimos a un frenético intento de resolver cada uno sus propios problemas y, cuando parece que no es así –rescates financieros, por ejemplo- resulta que más que un rescate de otro país se trata del rescate de los bancos alemanes, franceses, que son los propietarios de las deudas de Grecia, Irlanda o Portugal.
Francia se enfrenta a Italia por la llegada de los inmigrantes del norte de África; la actuación ente los sucesos de Libia resulta tardía y desorganizada por enfrentamientos entre los países europeos y la, por otra parte lógica, semiabstención de los Estados Unidos; Alemania parece que quiere eliminar la energía nuclear y en Italia planean construir 23 centrales…Desde que no se aprobó la llamada constitución hemos ido de mal en peor. Los estados son cada más remisos a ceder competencias a la Unión. El nacionalismo está en auge en muchos países y en alguno la extrema derecha obtiene espectaculares resultados electorales, lo que está “obligando” a que otros grupos políticos no le hagan ascos a un poco de xenofobia.
En definitiva, las esperanzas puestas por la anterior generación de políticos -los González, Kohl, etc- en el desarrollo del europeísmo se han visto frustradas. A medida que se incrementa el número de miembros de la Unión, disminuye la idea europea.
En esta situación, creo que ya me da igual el pasaporte; Europa está dejando de existir.


Alzheimer y muerte digna.

De las muchas enfermedades que se pueden llegar a padecer, el Alzheimer es con mucha diferencia la peor, la más inhumana ya que significa la muerte en vida. El cuerpo sigue funcionado e incluso lo hace razonablemente bien, pero se produce la pérdida de la conciencia al principio momentánea, para ir ampliando su duración hasta la pérdida total. Con esa pérdida de la conciencia se pierde aquello que nos hace humanos, la identidad, la individualidad. Nos convertimos en una especie de vegetal que se alimenta, se viste, se mueve,…pero que no reconoce ni lo que hace ni a las personas con las que se “relaciona”. Es la muerte del ser y, lo que es peor, el padecimiento constante de aquellos con quienes se relaciona el enfermo.
Frente a tan dura realidad se pueden adoptar diferentes posturas. En mi caso, y desde hace ya bastante tiempo, voy madurando la idea de la posibilidad del suicidio asistido si llegara a padecerla. Si el primer y principal derecho humano es el derecho a la vida, se deriva de ello de forma lógica, que también lo debe ser el derecho a elegir el momento y la forma de poner fin a la misma, sobre todo cuando la persona piensa que no se trata de una vida digna. Desde el punto de vista legal está absolutamente prohibido en este momento y, aunque se está empezando a plantear la regulación de la eutanasia y a hablar de la muerte digna, no creo que la sociedad esté preparada para aceptar la legalidad de una situación como la que planteo.
Si escribo de algo tan personal es porque me preocupa ese afán constante existente en todas las sociedades por inmiscuirse en las decisiones individuales en temas que son personales e intransferibles. Es cierto que se deben establecer cautelas en temas tan difíciles para evitar que se puedan producir “homicidios”, pero no lo es menos que se debe dejar a la decisión libre y soberana de cada uno la forma de poner punto final.

1 comentario:

  1. Un placer leerte. De acuerdo con (casi) todo lo que dices. Y dejo para la cena que hagamos una cita sobre la ocupación de la Plaza España (sic)

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