domingo, 5 de junio de 2011

Relectura, casual, de Jorge Semprún


Adquirí el otro día este libro buscando completar mi colección de libros dedicados al tema de los campos de concentración. Cuando inicié su lectura me resultó familiar y es que, efectivamente, ya lo había leído hace unos diez años. Un precioso título para un muy buen libro. Semprún es uno de esos autores que es perfectamente reconocible en su escritura a pesar de que escribe en francés y lo que leemos son traducciones. Y lo es, no sólo por los temas que aborda, sino por su forma peculiar de hacerlo, con cambios de localización, de tiempo, incorporación de recuerdos , alusiones a lecturas, etc. Eso sí, sin que en ningún momento se pierda el hilo de la lectura, pues como dice el autor:
"Porque tenemos derecho a sobresaltar al lector, a cogerle a contrapelo, a obligarle a reflexionar o a reaccionar en lo más profundo de sí mismo; también se le puede dejar insensible, desde luego, no afectarle para nada, no dar en su blanco o quedarnos cortos. Pero nunca hay que desconcertarle, no tenemos derecho; nunca hay que hacer que ya no sepa dónde está, en qué camino, aunque ignore adónde le conduce tal camino." (pág. 94-95)

En éste en particular rememora algunos momentos de su estancia en Buchenwald, de hecho forma parte de lo que algunos denominan la Trilogía de Buchenwald.
Como curiosidad he de decir que aparece H.M.Enzsberger del que publiqué una reseña el otro día.
Libro absolutamente recomendable como, por otra parte,la mayoría de la obra de este gran escritor.

Jorge Semprún, Viviré con su nombre, morirá con el mío.

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