He leído bastantes de los artículos de Krugman que ha publicado El País y siempre me sorprende, y me gusta su facilidad para hacer comprensibles cosas que otros consiguen hacer totalmente opacas. Además, junto con Josep Stiglitz, es de los pocos economistas con fama internacional que se salen del discurso dominante: la austeridad como vía de salida.Aunque el libro está centrado fundamentalmente en la economía de Estados Unidos, se ponen los suficientes ejemplos de la situación europea (e incluso española), para que sea muy interesante la lectura desde este lado del Atlántico. Una vez más hace gala de gran claridad, precisión y sistematización. Va a lo que va y no se anda por las ramas. Creo que puede entenderlo en su mayor parte cualquier persona mínimamente formada, aunque, eso sí, habrá aspectos que se escapen como me ha pasado a mí sobre todo con los derivados financieros de los que sigo sin pillar el sentido de más de uno.
A pesar de que lo que pretende es hablar de las salidas de la crisis, dedica la mayor parte del libro a la crisis en sí y, lo que me parece más importante, si bien apunta por dónde deben ir las medidas en líneas generales, no concreta de ninguna manera, lo que sería muy deseable.
Libro recomendable para todo aquel interesado en la situación actual del mundo y que no comparta lo que la mayoría de los gobiernos están haciendo. Por cierto, Krugman es un liberal (en el sentido estadounidense) y gran seguidor de Keynes. No se trata, pues, de un revolucionario sino, como mucho, de un reformista, que hoy por hoy tampoco es poco teniendo en cuenta cómo está el patio de la economía y sus teóricos.
Paul Krugman, ¡Acabad ya con esta crisis!
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