miércoles, 28 de agosto de 2013

Buena novela de hace un siglo



Hace justo ahora dos años que conocí al autor gracias a la publicación de Doctor Glass. Tuve ocasión entonces de elogiar a la pequeña editorial, Alfabia, que asumió ese riesgo y que vuelve a darnos a conocer otra obra del autor sueco.
Encuentros y desencuentros, aproximaciones y alejamientos, amor y desamor, componen los elementos fundamentales de esta novela publicada originalmente en 1912 y que en su historia abarca un periodo que va de 1897 hasta el mismo 1912.
“Novela fascinante. Una historia de serena intensidad y luminosa belleza”, dice de ella José María Guelbenzu, y la verdad es que la historia entre Arvid y Lydia te atrapa desde el primer momento, como también lo hace la escritura de Söderberg en la que no suele sobrar casi nada. Y digo casi nada porque, como sucede a veces con obras de hace un siglo, hay algún momento en los encuentros entre los protagonistas en los que, bien por el lenguaje empleado, bien por las reacciones e, incluso, en un caso, por la descripción que lo acompaña (la nieve cayendo), en el que se nota el tiempo transcurrido y da la sensación de una cierta cursilería. Claro, que lo mismo pasa con obras del nivel de Anna Karenina.
Una novela que he leído casi de un tirón y que muestra, una vez más, que en literatura lo importante son las historias y la forma de contarlas, y no tanto la época en la que se escriban. De hecho, entre mis autores favoritos destacan Stefan Zweig y Joseph Roth que son más o menos de la misma época que Söderberg. 
Dejo también otro enlace con un comentario más extenso sobre la obra y reitero mi agradecimiento a estas pequeñas editoriales que se atreven con estos textos.
 
Hjalmar Söderberg, El juego sucio

 

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