miércoles, 25 de septiembre de 2013

Debe de ser muy bueno, pero...



Si tuviera que resumir en una idea lo que me ha supuesto la lectura de este libro diría que se puede comparar a subir en una montaña rusa; vas subiendo despacio, premiosamente hasta una cima desde la que caes en picado con la angustia y la descarga de adrenalina para volver a subir de nuevo y caer y…
Realmente sólo hay dos momentos en los que he “caído” y, desgraciadamente, mucho en los que he subido. Puede que, como se dice en uno de los comentarios de la obra que enlazaré al final, se trate de la construcción de un gran edificio, pero también es cierto, como se dice en el otro comentario que enlazo, que resulta extraordinariamente aburrida en muchos momentos.
Con Roth ya tuve una mala experiencia con La conjura contra América que me pareció inmensamente aburrida. Ahora, reconozco que la experiencia no ha sido tan negativa, pero me sigue pareciendo que, como tantos otros autores estadounidenses sobre todo, escriben y escriben y escriben contando todo de todo, pero sin llegar a profundizar. Realmente, después de más de 500 páginas hablando del mismo personaje protagonista termino sin saber muy bien las verdaderas motivaciones de algunos de sus comportamientos. Lo mismo me pasa con el personaje de su hija.
Más de una vez he dicho en el blog que no soy lector desde hace tiempo de literatura ni anglosajona ni española. Lo fui hace años pero poco a poco las he ido abandonando por la de otras procedencias. Pues bien, los últimos intentos con la española me han salido bien, con la otra no. Seguiré intentándolo.
Pongo como decía antes dos enlaces. Uno muy elogioso y otro más crítico aunque también favorable.
Philip Roth, Pastoral americana
 

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