miércoles, 26 de marzo de 2014

Relajarse viajando




Hacía muchísimo tiempo que no leía un libro de viajes, de hecho creo que es el primero que aparece en el blog. Sin ser un género cuya lectura haya prodigado, sí me ha gustado de vez en cuando leer alguno. Así, de memoria recuerdo: una vuelta al mundo de Leguineche, un viaje en tren a China del propio Theroux, varios de Kaplan…
Suele ser un tipo de lectura no solo entretenida, sino de la que se pueden obtener enseñanzas y ayuda para relativizar algunos de los problemas que nos aquejan en la vida cotidiana.
En este que comento, Theroux, a sus 65 años, se propone repetir el viaje que hizo hace 33 años. Varios meses para, saliendo de Londres, recorrer la Europa oriental hasta Turquía; desde allí atravesar el Cáucaso y Pakistán  hasta la India que recorre de norte a sur para luego pasar a Sri Lanka; sigue por todo el sudeste asiático hasta Japón, desde donde se dirige a Vladivostok; allí cogerá el Transiberiano hasta Moscú; finalmente, se dirigirá a París y vuelta a Londres. La mayor parte del trayecto la realiza teniendo el ferrocarril como principal medio de transporte.
Como se puede apreciar un recorrido muy completo por el hemisferio norte, con exclusión de China, que le da pie para contar un sinnúmero de cosas sobre los lugares que visita o por los que simplemente pasa. Además, tendrá ocasión de encontrarse con tres grandes escritores como son: Orhan Pamuk, Arthrt C.Clarke (en Sri Lanka donde vive) y Haruki Murakami. También aparecen personajes de otro tipo, desde una mochilera cuyo único objetivo en la vida es el viaje, a una peculiar misionera pasando por un conductor de bicitaxi birmano.
En un libro de semejante extensión, 671 páginas en gran formato, da espacio para hablar de muchas cosas que interesarán más o menos al lector según los casos. Yo reconozco que toda la parte dedicada a la India me ha interesado bastante menos que el resto.
Me gustaría destacar en otro orden de cosas los interesantes y atinados comentarios que hace sobre Vietnam (incluida la pasada guerra) y sobre los campos de concentración del estalinismo. También me ha llamado la atención su especie de rechazo por los países terminados en “istán” aunque resulta entendible por  los ejemplos que da.
Ni que decir tiene que el texto está perfectamente escrito, que el relato fluye de forma reposada como el propio viaje, que la prosa de Theroux sigue siendo magnífica pues no en vano es uno de los grandes escritores anglosajones de los últimos cincuenta años. (Desde luego quizá del que más he leído)
Libro, pues, muy recomendable para aficionados a los viajes y a la buena literatura. Eso sí, es preferible leerlo poco a poco, cosa que yo no he hecho, para paladearlo mejor.
Existe la traducción del libro fruto del anterior viaje, pero no lo tengo ni lo he leído.
 
Paul Theroux, Tren fantasma a la Estrella de Oriente
 
 
 

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