martes, 23 de junio de 2015

Aspectos de una vida (Joseph Roth)



 
Como se dice en la contraportada, este libro es un fascinante ensayo sobre diversos aspectos de la vida de Joseph Roth. No se trata de una biografía en sentido estricto, sino de contar, utilizando sobre todo fragmentos de su obra, algunos elementos claves de su vida que también ayudan a entender aspectos de su obra.
Se trata, como reza el subtítulo, de quince ensayos biográficos que van desde la relación con su padre a la que mantuvo con su tío y tutor tras el suicidio del primero; de la enfermedad de su mujer Friedl a los diferentes momentos en su amistad con Stefan Zweig (esto ocupa 50 páginas en un libro de 200, lo que da idea de la importancia que tuvo); de sus opiniones políticas a sus problemas con la bebida y la salud en general. En este sentido es muy típico el comentario que le hace Zweig en una de sus innumerables cartas: “Usted sólo tiene un deber, escribir buenos libros y beber lo menos posible, para que nos dure a nosotros y a sí mismo.” (p.109)
A pesar de que creo que he leído todos los libros traducidos sobre la vida de Roth, en este he encontrado algunos aspectos que me han resultados bastante novedosos. Así, es la primera vez que entiendo bien la enfermedad de su mujer y la repercusión sobre la vida de Roth. También me han llamado la atención los escritos que se transcriben con sus opiniones sobre el socialismo, hechos, además, muy poco después de dejar de escribir en el periódico de la socialdemocracia alemana, como por ejemplo este: “Mañana empieza aquí el Congreso Socialista (…) Este sol implacable les saca a la superficie su más íntima inmundicia (…) No saben qué obsoletos están.” (p.158). De la misma forma su profundo sentimiento antiburgués, muy propio por otra parte de quien no dejaba de ser un auténtico bohemio: “Apestaba el carácter viviente de la burguesía.” (p.160) y, desde luego, su antisovietismo que se muestra con diversos ejemplos. Especialmente significativo de su forma de pensar es la siguiente frase: “La no violencia de Mahatma Gandhi me resulta tan cargante como odiosa la violencia de Hitler. Las dos son inhumanas.” (p.111)
Ese carácter bohemio tenía su manifestación más típica en el hecho de que prácticamente nunca vivió en un piso. Así: (En Berlín)  la única época de su vida, que fueron cuatro días, al final de la década de los treinta, en que Joseph Roth mantuvo un apartamento propio…” (p.170), o: “Jamás he tenido, ya desde mucho antes de la catástrofe, la capacidad de entender de muebles y cosas semejantes. Me cisco en los muebles. Detesto las casas.” (p.172)
Como se ve, el interés del libro, sobre todo para seguidores de Roth, es enorme. Además, Eduardo Gil, como escritor, ensayista y traductor que es, ha hecho una extraordinaria selección tanto de textos de Roth como de otros autores que han escrito sobre él; sus introducciones son magníficas y no afecta nada a la comprensión de lo narrado el hecho de que no se guarde ningún orden cronológico.
En fin un libro fundamental que a mí me ha emocionado en más de un momento y que, una vez más me deja con una duda sobre este gran escritor, ¿cómo pudo escribir tanto y tan bien con una situación personal tan penosa?
 
Eduardo Gil Bera, Esta canalla de literatura. Quince ensayos biográficos sobre Joseph Roth
 

 

 

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