jueves, 25 de junio de 2015

Cierta decepción




 
Hace dos meses en una entrada del blog hacía referencia a este libro porque acababa de confundir su historia, un encargo hecho por el ejército de los EE.UU para dar una visión positiva de la vida de sus soldados, con la del libro que comentaba en ese momento, La comedia humana.
Efectivamente, estas aventuras surgen como un encargo del ejército aunque el libro fue rechazado y no se publicó hasta 1946 ya finalizada la guerra.
Creo que el texto es en parte deudor del propósito inicial y, en este sentido, a mí me han resultado muy poco creíbles y excesivamente positivas algunas de las historias que se cuentan y algunos personajes, pero al mismo tiempo,  y seguramente por eso, supuso el rechazo de quienes lo encargaron ya que contiene también una fuerte carga crítica. Así, se critica la guerra en sí misma, pero sobre todo se critican cosas como: el papel y la forma de actuar de los oficiales, las Charlas Orientativas para generar el odio hacia el enemigo en general y los japoneses en particular, los diferentes destinos que se conseguían según el origen (por ejemplo, las gentes del cine), el servicio médico que no se toma la molestia de hacer una mínima revisión antes de dar un alta, la propaganda de guerra hecha por escritores y guionistas e, incluso, la visión positiva que da de los únicos soldados alemanes que salen. Es decir, se critica la guerra, pero sobre todo muchos aspectos de la forma de llevarla por parte del ejército de EE.UU.
Una vez descritos mínimamente algunos contenidos del libro, tengo que reconocer que, a pesar de que está bien contado y escrito, a mí no ha terminado de llegarme quizá porque en algunos momentos me parecía bastante irreal lo que se contaba (por ejemplo, la vida de los soldados fuera del cuartel)  y en otros un poco edulcorado (por ejemplo, el enamoramiento y posterior relación del protagonista con su mujer). Tiene momentos  y personajes brillantes, como los de ese “loco” que escribe cartas desde diferentes lugares y las arroja por el balcón, algo que entenderemos en la parte final del libro, pero también tiene muchas páginas que me han parecido un tanto de relleno.
De los tres libros de Saroyan que he leído en muy poco tiempo, es el que menos me ha gustado. No obstante, como esto de la lectura depende hasta del momento vital en que se hace, dejo el enlace con un comentario más completo y positivo.
 
William Saroyan, Las aventuras de Wesley Jackson
 
 

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