martes, 1 de septiembre de 2015

Entretenimiento de calidad




Cuando hace ahora un año comentaba el primer libro que leía de la serie que tiene como protagonista al forense irlandés Quirke, ya avisaba de que no sería el último que aparecería por el blog, y así ha sido.
Tiene Benjamin Black, seudónimo  tras el    que se esconde John Banville, una capacidad especial para construir novela negra sin que lo más importante tenga que ver demasiado con las muertes que en ella suceden. Como dice el fragmento de la crítica de The Guardian que la editorial reproduce en la solapa: “Una novela absorbente y emotiva, con todos los personajes soberbiamente retratados y una prosa simplemente deslumbrante.” Aquí están las claves del libro; los personajes, desde ese forense protagonista hasta cualquiera de los secundarios, están magníficamente construidos y, desde luego, no hay ninguno que tenga una dosis mínima de tranquilidad y felicidad en su vida. Además, Black sabe a través de su escritura describir una atmósfera una tanto asfixiante en la que pasa lo que tiene que pasar.
La novela, como la anterior, se desarrolla en los cincuenta lo que, en este caso, no tiene relevancia porque podría haberse desarrollado perfectamente hoy. Sí lo tenía en la anterior por los problemas religiosos que planteaba y que aquí solo aparecen levemente y de rebote.
Novela enormemente entretenida, muy bien ambientada y perfectamente construida.
Reproduzco también el comentario crítico de Los Angeles Times de la solapa porque me parece original: “Hágase un favor. Acuda a una librería y compre la nueva novela de misterio de Bejamin Black, El otro nombre de Laura. Váyase directamente a casa. Si comparte vivienda, eche a sus compañeros. Sírvase una copa y acomódese en su sillón favorito para disfrutar de una auténtica dosis de sabiduría y angustia irlandesas y de prosa excelente.”
Una buena recomendación.
 
Benjamin Black, El otro nombre de Laura

1 comentario:

  1. Muy interesante. Black me parece un excelente narrador y además de los grandes. Y no lo digo por decir.
    Un saludo.

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