jueves, 24 de septiembre de 2015

Un tipo admirado y admirable


 
Basándose en las entrevistas y encuentros con Mujica a lo largo de más de diez años y organizando la información en torno a características del personaje (el anarco, el ejemplo, el zorro, el testigo, etc.), estos dos periodistas uruguayos ofrecen una visión bastante completa y caleidoscópica de uno de los políticos más admirados de los últimos tiempos.
Desde luego, el personaje ofrece multitud de atractivos, desde su forma de vida austera  hasta algunas de sus propuestas (esa legalización de la producción de la marihuana por poner un ejemplo significativo), desde su militancia en los tupamaros, que le llevó a catorce años de cárcel, hasta terminar convirtiéndose en presidente de la República Oriental y así un largo etcétera.
De todo ello se habla en este interesante libro. Lo hacen los periodistas y también Mujica de quien se hace una espléndida y muy acertada selección de fragmentos de sus conversaciones. (Por cierto, creo que no se dice si están recogidas en algún medio electrónico, escritas a mano o simplemente recordadas.)
Como hay de todo limitaré mi comentario a aquello que más me ha llamado la atención o me parece más relevante de su personalidad y sus ideas.
Por un lado, su elevado grado de pragmatismo que desconocía y que se manifiesta en frases como: “Lo peor es cuando la matriz ideológica no te permite percibir la realidad como es. Hace tiempo que abandoné eso y me di cuenta de la importancia de los matices.” (p.51),  o su defensa del capitalismo en: “Ser amigo de un burgués es inconcebible para un tipo de esa izquierda. No ven lo que yo veo, que es  la capacidad de gerenciar, de administrar, de generar trabajo, de todo eso. Es más complejo de lo que parece. Los capitalistas son la energía creadora del mundo.” (p.143)
Ambas son bastante chocantes oídas de quien es uno de los bastiones de la izquierda en Sudamérica.
También me ha parecido interesante su papel de mediador entre Estados Unidos y Cuba o entre las FARC y el gobierno colombiano.
Desde un punto de vista muy diferente hay una anécdota que demuestra el tipo de persona de que se trata. Cuando al jugador de la selección Luis Suárez le castigaron por el famoso mordisco que dio a un contrincante en el mundial, fue a recibirlo en persona al aeropuerto ya que: “Le gusta ver cómo personas que nacieron en la pobreza llegan a ser los mejores deportistas del mundo y se burlan de su pasado, sentir cómo a veces la calle se impone a las grandes universidades. Respeta a los que muestran un camino alternativo, por más que ese camino no sea del todo recto.” (p.135)
En una línea parecida: “¡El protocolo, la liturgia del poder y todas esas estupideces me chupan un huevo!”, resumió en una de las tantas charlas que tuvimos. (p.81)
En definitiva, un personaje original, rompedor, iconoclasta, con un lenguaje absolutamente popular que los autores han dejado, con muy buen criterio, en el texto. Alguien que no me extraña que levante pasiones tanto a favor como en contra. En mi caso, reconozco que soy un ferviente admirador desde hace mucho tiempo.
Un libro hecho desde una perspectiva bastante favorable para Mujica y en el que he echado en falta dos cosas: mayor información sobre el proceso en el que ganó las internas del Frente Amplio para aspirar a la presidencia y mayor información también sobre sus tareas en el gobierno.
 
 
Andrés Danza y Ernesto Tulbovitz, Una oveja negra al poder. Pepe Mujica, la política de la gente
 

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