miércoles, 14 de octubre de 2015

Intentando retomar viejos conocidos


 
 
Viene precedida esta última novela de Amis de una cierta polémica ya que sus editores habituales en Francia y Alemania se han negado a publicarla. Al mismo tiempo, ha tenido muy buenas críticas; así, por ejemplo, dos recogidas en la contraportada: “Un tour de force de auténtico virtuosismo verbal, y una novela brillante, inmaculadamente incómoda, inspirada por una profunda curiosidad moral por los seres humanos. Impresionante.” (Richard Ford) o,  “Sin duda una obra maestras. Inteligente, terrorífica y cómica. Amis aborda los grandes temas con imaginación e inteligencia.” (Allan Massie) Ya entre nosotros, dejo dos enlaces con comentarios también muy favorables para el libro: el de Carlos Zanón en Babelia y el de Ruth Franklin en El Cultural.
Dicho todo lo anterior, a mí la novela ni me ha parecido merecedora de críticas por su enfoque del tema del Holocausto (razón por la que ha tenido esos problemas de edición), ni tampoco me ha parecido “inteligente”, "terrorífica”, “brillante” ni “impresionante” ni, mucho menos, “cómica”. Sobre este tema he leído mucho a lo largo del tiempo y he dejado bastante constancia en el blog, pero es cierto que no ha sido habitual verlo tratado desde un enfoque novelístico; de hecho, salvando relatos escritos generalmente por protagonistas, no recuerdo ahora mismo ninguna obra de ficción como esta que comento.
El libro es original. Los personajes desde los que cuenta la historia están en principio bien escogidos: Golo, un sobrino de Martin Borman, que está en el campo de concentración para construir una ampliación dedicada a la fabricación de caucho sintético, y que se enamora de la mujer del segundo protagonista, Paul Doll, el comandante del campo, siendo el tercero, Szmul, miembro del Sonderkommando. Compone así Amis su texto desde estas tres voces y siempre en primera persona.
Hasta aquí todo bien, el problema es que a mí me ha resultado todo o muy artificial, o muy tópico, o muy aburrido. No me interesa la historia de amor, no me interesan las vicisitudes del comandante con las descargas de los trenes y menos aún el personaje de Szmul.
Fui un gran seguidor de Martin Amis en los noventa cuando leía todo lo que publicaba la misma editorial que lo edita hoy, Anagrama. Luego me cansé de sus historias y no volví a leer ningún libro suyo hasta Koba el Temible que por cierto tampoco me gustó, y si he leído este ha sido por el tema que trata y porque ya que estaba por casa… (mi mujer es fiel seguidora del autor).
Hoy por hoy, en lo único en lo que coincido con Amis es en el año de nacimiento. Y lo siento porque en su día fue de los escritores que me leí con verdadero placer.
 
Martin Amis, La Zona de Interés

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