viernes, 13 de noviembre de 2015

Interesante escritora checa


 
 
Ha tardado tiempo en traducirse esta novela que recibió en 2007 el premio a la mejor novela checa del año y otro premio en 2011 en Alemania. Hay pocas editoriales que publiquen obras de autores centroeuropeos y es una pena porque suelen tener una alta calidad media.
Felizmente nos ha llegado esta magnífica novela de la escritora y dramaturga checa Denemarková. El libro se inicia con el capítulo en el que se narra el regreso de la joven protagonista en 1945 a su pueblo de origen,  localizado en los Sudetes de Checoslovaquia, tras ser liberada de un campo de concentración. Será expulsada por los que han ocupado su casa en ausencia de la familia. El resto de la novela cuenta diferentes regresos que hace al pueblo la protagonista, ahora una mujer de 77 años, para recuperar sus propiedades una vez rehabilitada su familia que, por tratarse de judíos alemanes y considerarlos enemigos e incluso nazis, habían sido desposeídos al finalizar la guerra.
Con esta anécdota como punto de partida, la autora analiza muy bien las distintas reacciones que se producen en el pueblo ante los deseos de la mujer de que se levante un monumento a su padre para lo que incluso está dispuesta a ceder el patrimonio recuperado.
Realmente, lo que hace Denemarková es una crítica bastante dura a la situación y los comportamientos de sus compatriotas e incluso del propio sistema político que tarda sesenta años en conceder una rehabilitación. El egoísmo, el antisemitismo, la injusticia, etc., son los temas de fondo de la obra. De hecho la autora habla en una entrevista de la existencia de un segundo Holocausto.
Si importante e interesante es el tema que trata, también lo es y mucho la forma en que lo hace. Escrita a partir de una primera persona, la protagonista, que se va alternado con el relato tradicional en tercera, consigue el doble efecto de emotividad y realismo. Utiliza a menudo la frase corta, precisa y es muy buena construyendo diálogos.
En definitiva, un libro bastante completo, interesante y sugerente. No obstante, quisiera dejar también constancia de algo que no me ha convencido del todo. La autora cuando hablan  los habitantes del pueblo lo debe de hacer en el original utilizando un lenguaje popular de la zona; en la traducción se ha buscado el efecto haciendo la terminación de muchos participios en “ao”, lo que teniendo en cuanta que en España es la forma de hablar del Presidente del Gobierno no causa el mismo tipo de efecto.
Dejo los enlaces con un buen comentario y una interesante entrevista con la autora.
 
Radka Denemarková, El dinero de Hitler

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