domingo, 24 de enero de 2016

Dos grandes asesinos: Stalin y Hitler





 “En la historia de las Tierras de sangre, la Operación Barbarroja marca el principio de una tercera etapa. En la primera (1933-1938), la Unión Soviética llevó a cabo casi todas las masacres; en la segunda, durante la alianza germano-soviética (1939-1941), las matanzas estuvieron equilibradas. Entre 1941 y 1945, los alemanes fueron responsables de casi todos los asesinatos políticos.” (p.193)

El libro se dedica a realizar un estudio muy exhaustivo de esas tres etapas en la zona que el autor llama así que es, más o menos, la comprendida por los tres estados bálticos, la mayor parte de Polonia más  Bielorrusia y Ucrania. Digo exhaustivo porque, a lo largo de sus casi 500 páginas densamente editadas, va desgranando por zonas y épocas los asesinatos directos -por balas o gases-, e indirectos -por hambre- perpetrados por los dos regímenes más ignominiosos del siglo xx.
No ahorra  Snyder las alusiones a los aspectos más duros de lo que sucedió; sirve de ejemplo este fragmento:

“Algunos padres y madres mataban a sus hijos y se los comían, y en tales casos los niños eran sin duda las víctimas. Pero otros padres les pedían a sus hijos que se alimentaran de ellos si morían. Más de un niño ucraniano tuvo que decirle a su hermana o hermano: “Madre dice que si muere nos la comamos.” Eso era previsión y amor.” (p.81)

Hay algunos mucho peores, pero me resultó difícil leerlos así que prefiero no transcribirlos.
Se reproduce en una faja puesta por la editorial la siguiente opinión de Tony Judt: “Tierras de sangre es el libro más importante publicado en las últimas décadas sobre los métodos y los motivos de los regímenes asesinos.” Y Judt era un gran especialista en la zona.
Por mi parte solo añadir alguna cosa puntual. Me ha chocado la gran cantidad de cifras exactas de muertos que, aunque el autor ha consultado muchos archivos, no parece lógico que sobre todo algunas se puedan dar con esa exactitud. Siguiendo con las cifras, quizá hay un exceso de información en el caso de la represiones antikulaks y antipolacas que lleva a que se dificulte un tanto la lectura y se haga en esa parte un poco tediosa.
No obstante, me parece un texto fundamental para el tema y el periodo. No siempre resulta fácil de leer por la brutalidad de lo que se cuenta y por esa cierta reiteración de las informaciones, pero se trata de un gran libro en el que he aprendido un montón de cosas y que me ha hecho reflexionar sobre otras tantas.
Se acaba de publicar la traducción de otro libro de Snyder, Tierra negra, dedicado específicamente al asesinato de los judíos, aspecto que en el que comento ocupa un espacio relativamente pequeño.
Dos buenos comentarios sobre el libro son: el de Jorge M. Reverte y el de Juan Avilés.



Timothy Snyder, Tierras de sangre. Europa entre Hitler y Stalin

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