jueves, 11 de febrero de 2016

Curiosa novela de espías de autor soviético





Es Semiónov un escritor prácticamente desconocido en España a pesar de ser uno de los autores que tuvieron más éxito en la Unión Soviética, que ha sido traducido a varios idiomas, que estuvo en la Semana de cine negro de Gijón y que publicó más de una docena de novelas de espionaje con el mismo protagonista que la que hoy comento.
El libro, escrito en 1969, está dividido en diecisiete capítulos que se desarrollan en los últimos momentos de la Segunda Guerra Mundial en los que el protagonista, Stirlitz, un espía soviético introducido en el espionaje nazi, tiene que evitar que los nazis lleguen a un acuerdo con los aliados en el frente occidental dejando así sola a la Unión Soviética.
La construcción que hace Semiónov tiene elementos típicos del género (y así en algún momento puede recordar a a un John LeCarré que escribía también por esos años), pero también ofrece alguna novedad interesante. En los primeros capítulos hay una especie de sección en la que bajo el epígrafe de Información para un análisis, se van ofreciendo datos interesante de personajes como Himmler, Goebbels, Goering o Bormann dentro del mundo nazi, pero también de Churchill o del estadounidense. Allan Dulles. Estas informaciones responden a una idea clave del autor que queda muy bien reflejada en la contestación a una pregunta tal y como se recoge en el Prólogo. Así: ”¿Qué pretende ofrecerle al lector en primer lugar?”, a lo que el escritor respondió: “Información. El libro político, escrito a la manera de una obra de aventuras o de detectives, debe ser lo más cercano posible al documento. La lucha del ser humano por la información es fascinante.” (13)
Efectivamente, da bastante información y a mí en particular es quizá lo que más me ha interesado del libro, no solo por el valor que pueda tener para comprender mejor los entresijos del régimen nazi y sus pugnas internas, sino por la novedad que supone en una novela de este género.
Antes hacía referencia a, para mi gusto, el mejor autor de libros de espías, John LeCarré. Semiónov es capaz de montar tramas tan complejas como las de LeCarré, pero hay momentos en que la acción resulta un tanto atropellada y cuesta seguir los distintos planos y planes que se están desarrollando. Además, su protagonista está poco perfilado y apenas sabemos algo más de él que sus trabajos para evitar la negociación.
No obstante, se trata de una novela bien construida, bien contada en general, bien escrita y muy interesante ya que tiene también el enorme aliciente de haberse escrito y publicado sin ningún problema en la Unión Soviética. Por cierto que en 1973 se convirtió en una serie de televisión de grandísimo éxito. (He tenido ocasión de ver algunas imágenes, pero tienen poca calidad.)
Hay una buena reseña de en fantasymundo.com.



Yulián Semiónov, Diecisiete instantes de una primavera

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