viernes, 19 de agosto de 2016

Una faction croata sobre el Holocausto



Dice la traductora, Simona Skrabec, en el Prólogo: “Los saltos bruscos, las interrupciones, la extrañeza general de esta novela es parte de una ágil estrategia de concienciación: la historia no se puede reconstruir y aún menos comprender sin que uno esté dispuesto a descifrarla. El pasado es una colección de vestigios y testimonios que no pocas veces se guardan ordenados de una manera obsesiva en archivos fuertemente custodiados.” (p. 12)

Y efectivamente esta digamos por ahora novela consiste en eso, en fragmentos de una historia que se centra principalmente en el domino nazi y la persecución de los judíos en una zona del norte de Italia (Gorizia y Trieste) durante la Segunda Guerra Mundial. Para ello, la autora recrea la biografía de un personaje ficticio, Haya Tedeschi, que se basa en uno real y que a modo de narradora nos va llevando a los distintos acontecimientos que son el motivo principal de esta obra que se puede considerar una novela-documento en la línea de lo que últimamente se denomina faction.
Usa Drndic documentos reales (incluso reproduce a lo largo de más de 70 páginas la lista de los judíos italianos deportados y asesinados) y, sobre todo, “crea” lo que parecen documentos reales, pero también utiliza fotografías, textos de otros autores (no siempre de forma claramente distinguible) y hasta partituras musicales. Es decir,  utiliza la realidad y una ficción que parece tan real como la realidad misma sin que sepamos distinguir muchas veces entre  ambas.
Hay en el libro cosas muy interesantes como pueden ser: la recreación de la visita que Hitler hizo a Italia en 1938; varios diálogos con nazis entre los que destacaría el que tuvo Lanzman con quien organizaba los trenes que llevaban a los judíos; la crítica del papel que tuvo  Suiza dejando pasar por su territorio los trenes con los detenidos italianos; el espacio que dedica al Lebensborn y a los niños robados, así como a la actitud de la Iglesia católica en la devolución de aquellos que ya habían sido bautizados; los testimonios que ofrece de supervivientes de los campos; las biografías de varios responsables nazis, alguno bastante conocido, de la represión en Trieste y en el campo de San Sabba; en fin, como se puede apreciar, se trata de una obra que trata el tema desde diversas vertientes que, aunque ninguna es especialmente novedosa, sí que al hacerlo de forma unitaria ofrece una visión algo diferente de la habitual al combinar elementos de tan variada procedencia sin olvidar, claro está, lo que pueda tener de auténtica ficción.
Un libro que merece la pena leer. A mí reconozco que me costó entrar pues comienza con la narración de la infancia y juventud de la protagonista que no me parecía demasiado interesante, pero poco a poco se va metiendo en los aspectos más históricos y con ello se va haciendo más y más interesante.
Dejo el enlace a dos comentarios muy buenos y además complementarios entre sí que darán una mejor idea de este peculiar libro: Laura Fernández en elmundo.es y Anna Abella en elperiodico.com.


Dasa Drndic, Trieste

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