miércoles, 14 de junio de 2017

Relatos de Némirovsky



Desde el éxito logrado con la publicación de Suite francesa, la primera obra que se traducía de la autora, la editorial Salamandra ha ido publicando cada poco tiempo hasta un total de trece libros de alguien que, a pesar de su temprana desaparición, dejó una considerable producción.
En este caso se publican un conjunto de quince relatos que aparecieron originalmente en distintas revistas entre los años 1934 y 1940.
Hay que decir que en todos ellos está la Némirovsky que hemos ido conociendo en sus diferentes libros, tanto en sus temas como en su estilo. Si en un relato se muestran los problemas de integración de un judío, en otro se cuenta una historia de misterio en una casa deshabitada en Finlandia y en un tercero hay un barco que es torpedeado,… Es decir, un amplio abanico de temas en los que, como es habitual en la autora, predomina la gran creación de personajes que llevan al lector desde la identificación con alguno  al más fuerte rechazo de otros.
De los quince relatos podría decir que excepto dos todos me han gustado por algo, pero desde luego el que más lo ha hecho ha sido el titulado Lazos de sangre que, además, es el de mayor extensión del libro, casi cuarenta páginas. Creo que por el tema que trata, las relaciones entre los miembros de una familia, y por lo bien que están caracterizados los personajes, habría merecido haberse convertido al menos en una novela corta.
Ya van quedando pocos libros de la autora por publicar en España y estoy seguro de que en poco tiempo aparecerá alguno nuevo; será bienvenido pues aunque no todos tengan la misma calidad ni el mismo interés, sí tienen una media realmente notable.
Hay una reseña  muy completa e interesante en musasensutintawordpress.com.



Irène Némirovsky, Domingo. Traducción José Antonio Soriano Marco

2 comentarios:

  1. Buenos días Carlos, gracias por la referencia. Un placer conocer a otros admiradores de Irène Némirovsky. Coincido contigo en que Lazos de sangre bien merecía ser novela corta...Esos hijos, esas nueras. ¡Saludos!

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