jueves, 21 de septiembre de 2017

Nueva frustración



No tengo suerte con los libros de Bauman. Los cojo con ilusión y ganas de aprender y reflexionar, pero los termino con la sensación de que me he dejado muchas cosas en el camino sin enterarme bien de qué me estaba diciendo.
En el caso de este libro sobre el arte de la vida no es que yo buscase lo que se busca en uno de auto ayuda, para eso me hubiese comprado uno de los muchos que seguro que hay en el mercado, pero sí un conjunto de ideas algo más articuladas y no tan dispersas como aparecen en el texto. 
El libro se divide en tres capítulos. En el primero, escribe sobre la felicidad y para ello utiliza multitud de citas de pensadores como Epicteto, Séneca, Marco Aurelio, Pascal,…que ofrecen un conjunto de ideas sueltas bastante interesante. En el segundo, Nosotros, los artistas de la vida, tengo que reconocer que me he perdido en innumerables ocasiones y no he sido capaz de concluir nada. En el tercero, La elección, me han quedado muy claras las ideas de Nietzsche sobre la moralidad y bastante las de Emmanuel Lévinas sobre la responsabilidad.
Bauman elige siempre temas muy interesantes e importantes, pero tiene la costumbre de introducir multitud de citas de filósofos, sociólogos, economistas o pensadores sin que logre siempre articularlas en un discurso bien elaborado o construido. Bueno, al menos esa es la impresión que yo saco de la lectura de este libro.
Pondré algunos ejemplos. El libro lo abre y lo cierra con dos referencias a Séneca:

“Vivir felices, todos lo quieren, pero andan a ciegas tratando de averiguar qué es lo que hace feliz una vida; y hasta tal punto no es fácil alcanzar la felicidad en la vida que, cuanto más apresuradamente se dejan llevar hacia ella, tanto más se alejan si se desvían del camino.” (Cita de Séneca que encabeza la p.7)

Parafraseando esta frase de Séneca concluye al final del libro que: ”no parece que estemos mucho más cerca de la luz que los contemporáneos de Séneca. Seguimos “andando a ciegas”. Esto es, en definitiva, aquello de lo que trata el arte de la vida.” (p. 149)

En otro momento, hablando sobre la felicidad, cita a Kant:

“La noción de felicidad –declaró- es un concepto tan impreciso que, aun cuando cada hombre desea conseguir la felicidad, pese a ello nunca puede decir con precisión de acuerdo consigo mismo lo que verdaderamente quiera o desee.” (p. 40)

También es interesante esta reflexión del propio autor:

“Por mucho que uno intente lo contrario, la vida se vive en compañía de la incertidumbre. Cada decisión será sin remedio arbitraria; ninguna está libre de riesgos y asegurada contra el fracaso y futuros arrepentimientos.” (p. 70)

Casi me atrevería a decir que el mejor resumen de las principales ideas de este texto serían los versos tantas veces citados de Antonio Machado: “Caminante son tus huellas….Caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Es decir, la felicidad, principal objetivo del arte de la vida, como proceso permanente de búsqueda sin llegar nunca al final.

Zygmunt Bauman, El arte de la vida. De la vida como obra de arte. Traducción Dolor Udina.

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