martes, 31 de octubre de 2017

El capitalismo rentista




El autor ha sido calificado como “el gurú de la renta básica” por ser uno de los creadores y de los máximos defensores de esa idea. En todo caso se trata de un investigador muy crítico con el sistema capitalista. En este caso lo concreta principalmente en lo que él llama “el capitalismo rentista”, esto es, en un sistema en el que no funciona el mercado libre sino que los que tienen posibilidad de ello  se dedican a obtener diferentes tipos de rentas que, desde luego, no provienen de su trabajo.
El libro está dividido en ocho capítulos en los que estudia diferentes aspectos de ese capitalismo rentista. A mí particularmente me han parecido especialmente interesantes los que dedica al análisis de las subvenciones, a la creación de la deuda y a lo que  llama “el saqueo de los bienes comunes”.
Es un texto lleno de sugerentes análisis y ofrece una gran cantidad de cifras para justificar sus argumentos. De hecho, sobre todo en el capítulo dedicado a las subvenciones, creo que hubiera sido mejor no dar tantas porque a veces cuesta trabajo seguirlas y, además, son tan elevadas en algunos casos que incluso resulta difícil terminar de creerlas.
Algunos de sus análisis no son especialmente novedosos, ni él lo pretende, pero están muy bien traídos y resumidos como cuando dice por ejemplo:

“En la actualidad, se mantienen bajos los salarios por motivos de “competitividad” frente a los pagados en algún otro lugar del mundo, mientras que el anhelado consumo doméstico se aviva mediante el crédito fácil”. (p. 153)

Y a continuación, y en relación con ese crédito fácil,  da una de esas cifras que parecen difíciles de creer aunque desgraciadamente será real:

“En EE.UU., las tiendas de préstamos por anticipo de nómina superan en número de lejos a los restaurantes McDonald’s y son la principal fuente de crédito para 90 millones de norteamericanos carentes de cuenta bancaria.” (p. 154)

Desde otro punto de vista, el de los efectos de algunos de los procesos que explica, el siguiente fragmento me parece muy significativo de cosas que podemos ver casi a diario:

“Deberíamos hacer un último comentario acerca de las sociedades que se basan en la deuda, como hacen todas las economías rentistas. Los psicólogos han demostrado que la deuda afecta negativamente a la salud mental y la lucidez, y lleva a tener una mentalidad más pasiva y conservadora. La inseguridad asociada con la deuda hace que las personas sean menos resilientes y tengan menos iniciativa. Tener un gran número de personas profundamente endeudadas y expuestas a circunstancias que hacen más probable el endeudamiento erosiona también la libertad, que necesita no verse dominada por presiones externas.” (p. 167-168)

Como se ve, se trata de un texto tremendamente sugerente, con muchos elementos para debatir y analizar, pero que, al igual que me ha sucedido recientemente con otros libros que analizan la realidad actual, también me lleva a acrecentar el pesimismo sobre las posibilidades de poder cambiar, bien que sea mínimamente, la sociedad en la que vivo. De hecho, siguiendo la costumbre en este tipo de libros, Standing dedica un capítulo final a hacer algunas propuestas que, en mi opinión, no dejan de ser un conjunto  de parches sin ninguna articulación y, sobre todo, algo también demasiado habitual, sin decir quién y cómo se podrán llevar a cabo, porque como el propio autor reconoce:

“Si la mayoría de los medios están controlados por una elite, si están vinculados a un partido político y a un conjunto de intereses dominantes, si ese partido lo financia la plutocracia, y si los grupos de presión forman una infantería de los interese en cuestión, necesitamos preguntarnos cómo podrá conseguirse el cambio político.” (p 268)

En todo caso una lectura muy interesante.
Hay una entrevista de Lluís Pellicer Con Standing en el país.com.

Guy Standing, La corrupción del capitalismo, Traducción Antonio Iriarte.

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