domingo, 26 de noviembre de 2017

Tardío aunque buen descubrimiento




“¿En qué piensa Echenoz cuando escribe la vida de Emil Zátopek? Sin duda en la mentira estalinista, en el fascismo olímpico, en la indecencia del poder, en las mitologías en venta,  en la avidez y la vanidad que intentan corromper hasta el talento más inocente, y, por encima de todo, en la belleza del deporte y la flexible resistencia de un hombre a todo esto. Correr es un libro sobre la inocencia, ejemplar en todos los sentidos de la palabra” (Philippe Lançon, Liberation)

Este fragmento de una crítica, que la editorial reproduce en la contraportada, resume muy bien las ideas que están detrás de este magnífico libro.
A lo largo de los años he tenido en mis manos muchas veces en mis visitas a las librerías libros de Echenoz y nunca me había decidido a comprarlos. Fue a raíz de verlo aparecer un día metido en el mismo saco que Deville o Carrére cuando tomé la acertada decisión de conocer algo de su obra. En efecto, digo acertada porque es un libro que he leído de un tirón (es cierto que también lo facilita que tenga solo 140 páginas) y con el que he disfrutado de verdad.
Como bien ha dicho el autor, no se trata ni mucho menos de una biografía del atleta aunque lo veamos desde joven hasta ya retirado y mayor. También nos muestra el contexto histórico desde la presencia nazi hasta la de los tanques soviéticos en 1968 para sofocar la “Primavera de Praga” a la que, por cierto, apoyó Zátopek  y esto le costó grandes disgustos y pérdidas. Sin embargo, el núcleo del libro y lo que lo hace tremendamente adictivo es la narración, a la que se entrega Echenoz sin tregua, de las muchas de las carreras en las que participó Zátopek desde sus vacilantes inicios hasta su renqueante final pasando por momentos como la olimpiada de Helsinki en la que obtuvo las medallas de oro en los 5000, los 10000 y la maratón, algo nunca visto hasta entonces y difícil de igualar y ello, además, con un estilo tan peculiar como deslavazado y poco ortodoxo.
Echenoz narra todo con un lenguaje enormemente eficaz  y con un ritmo parece que contagiado del que tenía el propio atleta. Hoy contamos, además, con la posibilidad y el aliciente de poder ver a través de youtube alguna de las imágenes que relata con lo que hasta se puede comprobar, aunque no haga ninguna falta,  la veracidad de lo narrado. Impresiona lo bien que es capaz Echenoz de trasladar al texto alguna de esas imágenes.
Una magnífica novela en la línea de esa faction o ficción documental que tanto me gusta y que tantos buenos practicantes tiene en el país vecino. (Compartiendo tiempo de lectura estos días leo también el libro que se acaba de publicar con artículos de Emmanuel Carrérre, el maestro del género).
Un libro tan recomendable que me ha llevado a adquirir otro en la misma línea que pronto aparecerá comentado en el blog.
Una buena reseña de Francesc Bon en unlibroaldia.blogspot.com.

Jean Echenoz, Correr. Traducción Javier Albiñana.

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