jueves, 3 de mayo de 2018

Recuperación decepcionante



Conocía a la autora por haber leído hace muchos años El ministerio del dolor que es posterior a esta que hoy comento. Me gustó mucho en su día como me gustaron otras de autores de la exYugoslvia que escribían sobre lo sucedido en su país. 
Ugresic se exilió en 1993 por no estar de acuerdo con el nacionalismo de su Croacia natal y con el conflicto que se estaba produciendo en la zona. Vivió en Berlín y luego en Amsterdam. Este libro lo escribió entre 1991 y 1996, es decir, una parte antes y otra después de su exilio.
Advierte la autora en una especie de nota introductoria: 

“Si le parece que entre los capítulos no existe una relación sensata y firme, que tenga paciencia; las relaciones se irán estableciendo gradualmente.” (p. 12)

En la reseña de Jesús Ruiz Mantilla en elpais.com se reproduce la siguiente cita de Ugresic:

"Es una obra construida en fragmentos para dar la impresión de gran división, como en los cuadros de El Bosco, que te dan pistas en pequeñas partes sobre un todo.”

En ambas, como no podía ser de otra forma,  se da la misma idea de lo que es  esta novela y tengo que decir que yo no he sido capaz de establecer las relaciones que menciona la autora en el primer fragmento reproducido. He estado bastante perdido a lo largo de toda la lectura. Hay partes que me han resultado interesantes, algunas reflexiones que me han gustado (sobre la fotografía o la memoria, por ejemplo), varios de los relatos que me han parecido sugerentes, pero en general creo que la autora ha construido un texto con fragmentos bastante deslavazados y, sobre todo, lo que me ha resultado más sorprendente es la falta de emoción teniendo en cuenta de quién, en qué momento y desde dónde lo escribe. Yo esperaba algo más parecido a lo leído en autores como Slavenka Drakulic, también croata y nacida el mismo año que Ugresic, o Jasna Samic, pero no ha sido así. Por eso la decepción ha sido grande.

Dubravka Ugresic, El Museo de la Rendición Incondicional. Traducción Mª Ángeles Alonso y Dragana Bajic

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