martes, 4 de diciembre de 2018

Nunca es tarde



Han pasado más de veinte años desde que se publicó esta obra en Noruega y ahora se traduce siendo, además, la primera que se publica en España de la autora. Es un verdadero misterio el funcionamiento de las editoriales. Hace falta que las haya de todos los tamaños para que podamos disfrutar de libros como este con los que solo se atreven editoriales más pequeñas.
Ayer mismo comentaba en el blog un libro de otro escritor nórdico, Henning Mankell, con el que este comparte un par de aspectos que me parece interesante destacar. Por un lado, la importancia del clima; tanta que como se dice en la nota de la Agencia EFE recogida en diariovasco.com, la autora:  “ha reconocido que sería una obra muy distinta si la acción transcurriera más al sur de su país -reside desde que tiene dieciséis años en Oslo- y en una época diferente al invierno.” Exactamente lo mismo sucede en la de Mankell. Por otro lado, ambas se centran en lo más cotidiano. En la de Orstavik en concreto la historia sucede en apenas unas horas de la tarde-noche de la víspera del día en el que Jon cumplirá los nueve años, y cuenta lo que hacen los dos protagonistas: Vibeke, la madre, y su hijo Jon.
Dice también la autora en otro fragmento que publica EFE que: "lo que más miedo infunde es la falta de relación entre las personas y eso es lo peor que se puede experimentar". Ese es el trasfondo de todo el libro.
La editorial reproduce varios fragmentos de diferentes críticas que recibió en su día de los que me gustaría reproducir y comentar el siguiente de L’Express: “Se entiende por qué Amor es lectura obligada en los institutos noruegos: explica una relación madre-hijo en la que las voces se entremezclan y se instala la incomunicación.”
Creo que recoge muy bien algo que es lo que más me ha gustado de esta novela: esa forma de entremezclar, a veces hasta en el mismo fragmento, lo que están haciendo cada uno de los dos protagonistas. Además, está tan bien ejecutado que no se pierde el hilo en ningún momento. Eso sí, me sorprende que sea lectura obligatoria en los institutos de su país;  no me imagino nada parecido en el nuestro.
Es una novela que te atrapa y que te va llevando sin prisa pero sin pausa hacia un final que a mí desde luego me ha parecido muy sorprendente. Se lee de un tirón también debido al hecho de que se trata de una obra de 163 páginas. Si hubiese sido más extensa hubiera sido  necesario algún descanso aunque solo fuera para tomar aliento.
Muy recomendable.

Hanne Orstavik, Amor. Traducción Lotte K. Tollefsen




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