domingo, 30 de diciembre de 2018

Otra crítica de la izquierda




“Me gustaría, por el contrario, que los lectores de este y otros libros, evitaran las argumentaciones funcionalistas y trataran de explicar los mismos fenómenos que nos preocupan a partir de presupuestos metodológicos distintos y más rigurosos. Al fin y al cabo, Bernabé aborda problemas muy reales, muchos de los cuales no he tenido espacio para reseñar (como el del tipo de compromiso militante, la espectacularización de la política, el mercado de consumo en general, etc.) pero que requieren una respuesta adecuada y contundente de la izquierda. Pero, honestamente, creo que el planteamiento de este libro no ayuda a ello.”

Con estas palabras concluye Alberto Garzón la extensa  crítica del libro publicada en eldiario.es.
He querido empezar así mi comentario porque me ha parecido interesante esa idea de que los lectores utilicemos otros presupuestos metodológicos  y un mayor rigor teniendo en cuenta la variedad de lectores posibles. Seguramente tiene razón Garzón en parte de las críticas que hace o incluso en todas, pero eso no quita que se trate de un libro que resulta interesante leer.
Mi mayor coincidencia con el crítico es doble y coincide con la que vengo haciendo a la mayor parte de los libros que se están publicando sobre la crisis de la izquierda. Por un lado, sea más o menos acertado el análisis que hacen, no dan ningún tipo de soluciones, ni hacen propuestas que signifiquen una reconsideración de las políticas y/o de las formas de organización. Por otro lado, falta mucho análisis sociológico sobre la composición de clases actual para que se entiendan mejor los procesos a los que estamos asistiendo.
Entrando ya en el contenido del libro he de reconocer que a mí me ha resultado bastante interesante y esclarecedor de algunos temas más allá de si se trata de una visión funcionalista en unos casos y/o de un marxismo un tanto desfasado en otros. Mi conocimiento actual de estos enfoques es casi inexistente y me guío más por lo que un texto así me hace pensar o por si me aporta alguna visión novedosa.
Hace poco comentaba en el blog el último libro de  Esteban Hernández con el que este de Bernabé tiene algo importante en común: la idea de que hoy la izquierda está dando batallas culturales mientras que ha abandonado lo material. Creo que en ambos libros esta es la idea que los atraviesa y en torno a la cual giran. Y tengo la impresión de que no les falta razón a ninguno de los dos.
Bernabé lo manifiesta explícitamente en muchos momentos como por ejemplo en los siguientes fragmentos:

“Llegaron a España las guerras culturales, conflictos en torno a derechos civiles y representación de colectivos que situaban lo problemático no en lo económico o lo laboral y mucho menos en lo estructural, sino en los campos meramente simbólicos.(…) Lo que decimos es que estos conflictos culturales tenían un valor simbólico en tanto que permitían a un gobierno que hacía políticas de derechas en lo económico validar frente a sus votantes su carácter progresista al embarcarse en estas cuestiones.” (p. 130) (Se refiere obviamente al gobierno de  Zapatero)

“La izquierda, presa de este mercado, cosificada también como una mercancía, presenta su seducción a través de políticas de la diversidad. Una vez que se ha visto incapaz de alterar el sistema, de cambiar las reglas del juego, las acepta y, creyendo aún desempeñar un papel transformador, su única función es resaltar lo minoritario, lo específico, exagerar las diferencias, proporcionar una representación no sólo a mujeres, homosexuales o minorías raciales, sino a toda la clase media aspiracional.” (p. 230)

“¿Estamos afirmando que dar una respuesta a la troika es más importante que las políticas de diversidad? Por supuesto que lo afirmamos. No es una cuestión moral, no se trata de superponer los intereses de unos grupos sobre otros, sino, simplemente, de darnos cuenta de que determinadas cuestiones en el ámbito material son profundamente transversales, nos afectan a todos. (…)
Para gran parte del activismo joven, pero que mañana ocupará las cátedras, las tribunas de opinión y la dirigencia de los partidos políticos de izquierda, la lucha política consiste en una relación de esferas escindidas ocupadas por grupos oprimidos que requieren atención dependiendo de la polémica dictada por la televisión o algún suceso puntual que los sitúe en el centro de las desdichas. Hablamos de futuro, pero lo cierto es que hoy gran parte del ámbito de la izquierda, desde el progresismo más atenuado hasta el activismo más radical tiene esa visión de las cosas.” (p. 234-235)

Más allá de la crítica razonada de Garzón, creo que en estas afirmaciones hay elementos que responden bastante a la realidad.
Seguramente por mi poco conocimiento previo de algunos temas, a mí me han parecido especialmente interesantes las páginas dedicadas a la exposición crítica del posmodernismo, al análisis del neoliberalismo y al papel de la clase media. También me ha parecido muy sugerente el empezar la mayor parte de los capítulos con ejemplos sacados de hechos acaecidos en distintos momentos y lugares del mundo, desde los repartos hechos por robots en California hasta un conflicto por las banderas en un pueblo del sur de los Estados Unidos.
Quizá lo más sorprendente sea terminar el libro con una larga cita de La Comuna de París de Marx y Engels que sigue a la expresión: “La esencia del aire sigue siendo roja”. Digo sorprendente porque en ningún lugar del texto se ha analizado ni mencionado quiénes podrían ser hoy los comuneros.
En definitiva, un libro interesante y sugerente aunque, como se ha visto, no exento de aspectos muy discutibles. Un ejemplo más de que desde la izquierda se intentan analizar los problemas, pero también de las grandes dificultades para encontrar soluciones.
Creo que tras su lectura es muy recomendable leer la crítica mencionada de un político en activo como Alberto Garzón.
Hay una reseña de Víctor Lenore en el confidencial.com que recoge varias ideas del autor y una interesante entrevista de Sara Montero en cuartopoder.es.

Daniel Bernabé, La trampa de la diversidad. Cómo el neoliberalismo fragmentó la identidad de la clase trabajadora.

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