miércoles, 16 de febrero de 2011

Unas cuantas, y muy buenas, frases sobre el progreso

El progreso es la injusticia que cada generación comete con respecto a la que le precede.

E.M.Cioran, Del inconveniente de haber nacido


Cuando echo pestes contra nuestra época, me basta, para volverme a serenar, pensar en lo que ocurrirá, en la envidia retrospectiva de los que nos sigan. Por un lado pertenecemos a la vieja Humanidad, la que aún podía añorar el paraíso. Pero los que vengan después de nosotros ni siquiera tendrán el recurso de esta añoranza, pues ignorarán el concepto de paraíso, inclusive la palabra misma.

E.M.Cioran, Del inconveniente de haber nacido


No es posible prescindir de la idea de progreso, y, sin embargo, no merece la pena. Es como el “sentido” de la vida. Es necesario que la vida tenga uno. ¿Acaso existe uno que, examinado, no resulte irrisorio?

E.M.Cioran, Del inconveniente de haber nacido


Cuando se construyó la primera máquina de vapor, se separaron los caminos de las razas del mundo y no se han vuelto a encontrar.

Isak Dinesen, Lejos de África


Para los hombres de hoy, que hace tiempo excluimos del vocabulario la palabra ¨seguridad¨ como un fantasma, nos resulta fácil reírnos de la ilusión optimista de aquella generación, cegada por el idealismo, para la cual el progreso técnico debí ir seguido necesariamente de un progreso moral igual de veloz.

Stefan Zweig, El mundo de ayer. Memorias de un europeo


Mayas versus celtas: ¡qué diferencia de nivel! Los mayas no conocían metal alguno, mientras que los celtas disponían de armas de hierro. Y, sin embargo, cuán superior era la cultura maya. Este ejemplo nos obliga a discernir dos nociones que a veces nos gusta considerar como una misma cosa: progreso técnico y desarrollo cultural.

Ryszard Kapuscinski, Lapidarium IV


(…) porque sólo un ingenuo provinciano todavía considera “progreso” la invención inútil de esos juguetes pueriles que se llaman máquinas, industrias, locomotoras, etcétera, o esos escritos laboriosos y difusos que se laman “sistemas sociales”.

EÇa de Queirós, Cartas de Inglaterra


La intrincada abundancia de nuestra civilización material, nuestras máquinas, nuestros teléfonos, nuestra luz eléctrica, nos han hecho insoportablemente pedantes. En seguida estamos dispuestos a declarar despreciable a una raza si no sabe fabricar pianos Erard, y si existe en alguna parte un pueblo que carezca de nuestro talento para componer óperas cómicas, lo consideramos ipso facto destinado para siempre a la esclavitud...

EÇa de Queirós, Cartas de Inglaterra

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