Un libro peculiar. Algo más y algo menos que unas memorias. En apenas 240 páginas, recorre algunos de los momentos más importantes de su vida, con tranquilidad, con mucha mesura y, me parece atisbar, nostalgia, también con autocrítica. No aparecen grandes personajes ni momentos culminantes, pero a mí me han emocionado los dos primeros capítulos y me ha cautivado el resto salvando, quizás, alguno de la primera parte. Seguramente se debe a que la época de Judt coincide plenamente con la mía y a que hoy tengo de algunos temas que él menciona una visión idéntica. No hace mucho comentaba en el blog que la lectura de Algo va mal me había hecho cambiar alguna actitud hacia la política. La lectura de este "refugio de la memoria" también me afecta en otro sentido; me anima a continuar mi intento de escribir unos "recuerdos". Tony Judt es un caso excepcional. Hace muy poco casi nadie le conocía y, en muy poco tiempo, se está publicando y vendiendo su obra casi como best-seller. No me extraña porque tiene una rara facilidad para explicar las cosas y, al mismo tiempo, poner el alma en ello. En estos momentos estoy leyendo también del autor, Sobre el olvidado siglo XX, conjunto interesantísimo de escritos sobre multitud de temas que van desde la situación política y lingüística de Bélgica, a la obra de Primo Levi, pasando por Juan Pablo II. Ya haré el comentario cuando lo termine, pero desde ahora mismo lo recomiendo fervientemente sobre todo para aquello interesados por la historia y el mundo de las ideas.
Tony Judt, El refugio de la memoria
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