Educación.
Tras muchos años dedicado a la enseñanza y, por lo tanto, teniendo que colaborar en la educación de adolescentes, me estoy enfrentando en esta etapa de mi vida a una doble y dura tarea educativa. Por un lado, la del enano que a los 18 meses la primera palabra que ha aprendido a decir ha sido no, lo que ya da una idea de en qué consiste la educación en los primeros meses de vida: la permanente barrera para proteger su integridad física ante los peligros que acecha a un ser sin conocimiento (puertas, escaleras, ventanas,…). Por otro lado, la reeducación de una madre que a los 96 años se porta muchas veces como un bebé.
Se trata de dos arduas tareas para las que nadie nace específicamente preparado pero para las que, además, se está aún menos si la edad del educador ha pasado de los sesenta. A los esfuerzos físicos que supone el caso del cuidado y educación del niño, se unen los psicológicos que significa tener que estar diciendo que no a ambos cuando lo que el cuerpo pide es decir lo contrario. Así que de poco me está sirviendo mi experiencia anterior con jóvenes como no sea para recordarme constantemente que lo último que debo hacer es no perder la paciencia.
Por cierto, una curiosidad. Siempre se ha dicho que los bebés y los mayores se parecen bastante; yo he encontrado dos cosas en las que coinciden: ambos repiten permanentemente las cosas, el niño para aprenderlas y la abuela porque se olvida de que las ha dicho; también coinciden en la capacidad de perder objetos con lo que una parte del día hay que dedicarla a la búsqueda.
Una experiencia apasionante que no recomiendo especialmente a nadie.
Sueltos.
Si es verdad lo que está pasando en Siria, y parece que las imágenes muestran al menos una parte de la realidad, ¿se producirá en algún momento una intervención occidental para parar las masacres? Evidentemente no. La geopolítica y otros intereses así lo imponen.
¿Sigue el conflicto en Libia? Parece que sí aunque ya no nos machaquen en la televisión con él. ¿Qué tipo de participación está teniendo actualmente la OTAN? ¿Sigue bombardeando?
El señor González Pons, ¿es así de verdad o solo se lo hace? Y el señor Iglesias, don Marcelino ¿ está siempre tan triste como parece?
La prima de riesgo. La primera vez que me enfrenté a este concepto fue en mis viajes a Argentina. Las noticias de cualquier informativo solían empezar con la cifra del riesgo-país, que es como se dice allí, y con la cotización del peso o el austral, según el viaje de que se trate. Me sorprendía de los conocimientos que cualquier ciudadano con el que hablase tenía de los fundamentos de la economía. Ahora descubro que no es que los argentinos sean más listos, es que estaban muy preocupados pues de ello dependía su suerte. La misma situación se da hoy en España y en Europa; al igual que allí, todo el mundo habla aquí de la prima de riesgo.
Qué alegría. Viene el Papa una vez más a tierras de misión. Parece que contará con alguna ayuda oficial. Me parece bien si con eso algún cargo público obtiene puntos para alcanzar el “reino de los cielos”. Yo por mi parte, lo que siento es que voy a estar en Madrid del 23 al 25 y, por lo tanto, no coincidiré con la visita y no podré acudir a ninguna manifestación en contra de la misma. Me apuntaría con gusto a aquella que entre otros convocan la Asociación de Ateos y Librepensadores de Madrid.
El fútbol no es mi tema desde luego. Sin embargo, me ha llamado la atención estos días ver la pretemporada que hacen algunos equipos. Antes se iban a un balneario de Suiza, Austria o sitios parecidos. Ahora, pasan unos días en Europa, otros en Asia y otros en América. Uno tiene la impresión de que lo que hacen es prepararse para pasar horas en los aviones y que no les afecte del “síndrome del turista”.
La programación de las salas de cine en verano es más bien flojita y resulta complicado encontrar películas que apetezca ver. Beginners y La prima cosa bella son las únicas que se salvan. Sin ser extraordinarias se dejan ver con interés y también con momentos muy emotivos.
Ahora que para espectáculo el protagonizado por un joven noruego. Se lució y salió un montón por la televisión. En muchos medios de comunicación han restado importancia al hecho de que fuese cristiano y de extrema-derecha. Igual tienen razón, pero entonces que sean coherentes y no hablen de islamistas radicales cuando los atentados los cometa otro tipo de gente.
Y para terminar, ¿qué opinará de todo esto Rajoy?
Tras muchos años dedicado a la enseñanza y, por lo tanto, teniendo que colaborar en la educación de adolescentes, me estoy enfrentando en esta etapa de mi vida a una doble y dura tarea educativa. Por un lado, la del enano que a los 18 meses la primera palabra que ha aprendido a decir ha sido no, lo que ya da una idea de en qué consiste la educación en los primeros meses de vida: la permanente barrera para proteger su integridad física ante los peligros que acecha a un ser sin conocimiento (puertas, escaleras, ventanas,…). Por otro lado, la reeducación de una madre que a los 96 años se porta muchas veces como un bebé.
Se trata de dos arduas tareas para las que nadie nace específicamente preparado pero para las que, además, se está aún menos si la edad del educador ha pasado de los sesenta. A los esfuerzos físicos que supone el caso del cuidado y educación del niño, se unen los psicológicos que significa tener que estar diciendo que no a ambos cuando lo que el cuerpo pide es decir lo contrario. Así que de poco me está sirviendo mi experiencia anterior con jóvenes como no sea para recordarme constantemente que lo último que debo hacer es no perder la paciencia.
Por cierto, una curiosidad. Siempre se ha dicho que los bebés y los mayores se parecen bastante; yo he encontrado dos cosas en las que coinciden: ambos repiten permanentemente las cosas, el niño para aprenderlas y la abuela porque se olvida de que las ha dicho; también coinciden en la capacidad de perder objetos con lo que una parte del día hay que dedicarla a la búsqueda.
Una experiencia apasionante que no recomiendo especialmente a nadie.
Sueltos.
Si es verdad lo que está pasando en Siria, y parece que las imágenes muestran al menos una parte de la realidad, ¿se producirá en algún momento una intervención occidental para parar las masacres? Evidentemente no. La geopolítica y otros intereses así lo imponen.
¿Sigue el conflicto en Libia? Parece que sí aunque ya no nos machaquen en la televisión con él. ¿Qué tipo de participación está teniendo actualmente la OTAN? ¿Sigue bombardeando?
El señor González Pons, ¿es así de verdad o solo se lo hace? Y el señor Iglesias, don Marcelino ¿ está siempre tan triste como parece?
La prima de riesgo. La primera vez que me enfrenté a este concepto fue en mis viajes a Argentina. Las noticias de cualquier informativo solían empezar con la cifra del riesgo-país, que es como se dice allí, y con la cotización del peso o el austral, según el viaje de que se trate. Me sorprendía de los conocimientos que cualquier ciudadano con el que hablase tenía de los fundamentos de la economía. Ahora descubro que no es que los argentinos sean más listos, es que estaban muy preocupados pues de ello dependía su suerte. La misma situación se da hoy en España y en Europa; al igual que allí, todo el mundo habla aquí de la prima de riesgo.
Qué alegría. Viene el Papa una vez más a tierras de misión. Parece que contará con alguna ayuda oficial. Me parece bien si con eso algún cargo público obtiene puntos para alcanzar el “reino de los cielos”. Yo por mi parte, lo que siento es que voy a estar en Madrid del 23 al 25 y, por lo tanto, no coincidiré con la visita y no podré acudir a ninguna manifestación en contra de la misma. Me apuntaría con gusto a aquella que entre otros convocan la Asociación de Ateos y Librepensadores de Madrid.
El fútbol no es mi tema desde luego. Sin embargo, me ha llamado la atención estos días ver la pretemporada que hacen algunos equipos. Antes se iban a un balneario de Suiza, Austria o sitios parecidos. Ahora, pasan unos días en Europa, otros en Asia y otros en América. Uno tiene la impresión de que lo que hacen es prepararse para pasar horas en los aviones y que no les afecte del “síndrome del turista”.
La programación de las salas de cine en verano es más bien flojita y resulta complicado encontrar películas que apetezca ver. Beginners y La prima cosa bella son las únicas que se salvan. Sin ser extraordinarias se dejan ver con interés y también con momentos muy emotivos.
Ahora que para espectáculo el protagonizado por un joven noruego. Se lució y salió un montón por la televisión. En muchos medios de comunicación han restado importancia al hecho de que fuese cristiano y de extrema-derecha. Igual tienen razón, pero entonces que sean coherentes y no hablen de islamistas radicales cuando los atentados los cometa otro tipo de gente.
Y para terminar, ¿qué opinará de todo esto Rajoy?
No hay comentarios:
Publicar un comentario