Novelón de 623 páginas. Cuando uno se enfrenta a tal volumen de historia, sabe que se va a encontrar con un poco de todo y, efectivamente, así sucede con esta novela. Un inicio llamativo, muy llamativo, una continuación con subidas y bajadas y un gran crecendo en la cuarta parte. Una historia de estas características gustará más o menos según el momento en el que se encuentre el lector. Incluso habrá quien la abandone en la página 100. Hay un exceso de descripciones relacionadas con la medicina y la cirugía en algunas partes del libro, pero si se es capaz de ir más allá se encuentra una hermosa historia de amor y un melodrama con todos los ingredientes del mismo desarrollado, además, en Etiopía aunque finalizado en Estados Unidos. Novela monumental por su tamaño y que puede hacer disfrutar a un tipo muy variado de lectores. En mi caso, aunque tuve alguna tentación de abandono, terminé emocionándome con los sucesos de la última parte.
Abraham Verghese, Hijos del ancho mundo.
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