lunes, 28 de noviembre de 2011

Sigo aproximándome a la literatura rusa clásica


Sigo recuperando el agujero negro que a lo largo de mis años de lector ha sido la literatura rusa. Es el segundo libro que leo de Turguéniev y no me ha defraudado. Historia muy bien contada, con algunos paréntesis un poco forzados para explicar la postura ideológica del autor a través de la voz de uno de sus protagonistas, con un personaje femenino de gran fuerza y, eso sí, con un par de “escenas” resueltas con unos diálogos que hoy resultan bastantes chocantes, por no decir cursis. El libro está escrito en 1867.
Me ha recordado mucho sobre todo en los primeros capítulos a Balzac o, al menos, lo que yo recuerdo de la lectura de Balzac, por el ambiente y la forma de narrar.
Un libro muy entretenido y con varios personajes interesantes.


Iván Turguéniev, Humo

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