No soy ni he sido nunca seguidor ni de Cristina Fernández ni de Néstor Kirchner. Mis amigos en la Argentina sí lo son, y no solo la votan sino que participan activamente en campañas en su defensa. En mi caso se debe seguramente a un cierto tufo populista que destila y, también, por qué no reconocerlo, a un desconocimiento bastante grande de lo que está pasando en el país desde hace tiempo. En el caso de mis amigos, a que defienden sus políticas favorecedoras de los intereses populares.
Hago esta breve introducción para que se entienda mejor lo que voy a decir del libro que comento. Simplemente el subtítulo, Toda la verdad sobre la presidenta argentina, me parece de una desfachatez y pretenciosidad importantes. El desarrollo no puede ser otro que el que es: un ataque permanente a su persona con argumentos que en muchos casos sonrojan por lo inconsistente o por las fuentes utilizadas. Solo un ejemplo: en la página 50 se menciona que a la presidenta se le han achacado diversos affaires amorosos, que se enumeran, para terminar concluyendo que “alguno debe de ser cierto”.
Se habla muy poco de política y mucho de operaciones estéticas, joyas, vestuario, relaciones matrimoniales,… Insisto, no me gusta el personaje, ni el mausoleo erigido para su esposo, ni la inmensa pancarta de éste desplegada en el Congreso, ni su papel de viuda, etc. No me gusta todo eso, pero tampoco el ataque inconsistente, maledicente y basado en gran parte en elementos anecdóticos. Un problema añadido es que es difícil para un español conocer la gran cantidad de nombres que aparecen en el texto.
Este libro me ha recordado alguno de los que en su día se escribieron sobre otro político, Zapatero, que tampoco es santo de mi devoción y que sufrió ataques similares.
Sylvina Walger, Cristina. Toda la verdad sobre la presidenta argentina
Hago esta breve introducción para que se entienda mejor lo que voy a decir del libro que comento. Simplemente el subtítulo, Toda la verdad sobre la presidenta argentina, me parece de una desfachatez y pretenciosidad importantes. El desarrollo no puede ser otro que el que es: un ataque permanente a su persona con argumentos que en muchos casos sonrojan por lo inconsistente o por las fuentes utilizadas. Solo un ejemplo: en la página 50 se menciona que a la presidenta se le han achacado diversos affaires amorosos, que se enumeran, para terminar concluyendo que “alguno debe de ser cierto”.
Se habla muy poco de política y mucho de operaciones estéticas, joyas, vestuario, relaciones matrimoniales,… Insisto, no me gusta el personaje, ni el mausoleo erigido para su esposo, ni la inmensa pancarta de éste desplegada en el Congreso, ni su papel de viuda, etc. No me gusta todo eso, pero tampoco el ataque inconsistente, maledicente y basado en gran parte en elementos anecdóticos. Un problema añadido es que es difícil para un español conocer la gran cantidad de nombres que aparecen en el texto.
Este libro me ha recordado alguno de los que en su día se escribieron sobre otro político, Zapatero, que tampoco es santo de mi devoción y que sufrió ataques similares.
Sylvina Walger, Cristina. Toda la verdad sobre la presidenta argentina
No hay comentarios:
Publicar un comentario