Uno de los últimos escritos de la autora ya que data de 1941. Cuando parecía que no se podía publicar más de Némirovsky, nos ofrece la editorial este pequeño melodrama con unos personajes de gran fuerza como ya es habitual pues es una de las características principales de toda su obra. No se trata, pues, de publicar por aprovechar éxitos anteriores, sino que merece y mucho la pena aunque solo sea por ver cómo alguien tan joven puede escribir desde la perspectiva de un hombre de más de sesenta años. Por lo que se puede leer en la nota de sus biógrafos que acompaña al texto, felizmente aún quedan relatos por editar y poder disfrutar.
Irène Némirovsky, El ardor de la sangre
Irène Némirovsky, El ardor de la sangre
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