25-S, 23-F, …
Otra manifestación fracasada y, además, en un doble sentido: por una parte, el escaso número de asistentes y, por otra, el hecho de que no hayan sido capaces de controlar a la minoría que lo que busca es otra cosa.
Ahora bien, el mayor fracaso es el de la delegada del gobierno en Madrid, el de los mandos policiales e, incluso, el de algunos miembros de la policía. Con una relación de un policía (había 1400) por cada cuatro manifestantes (había unos 6.000), no se explica que la violencia policial haya sido tan extrema en varios momentos y que haya ido mucho más allá de la autodefensa ante los ataques de algunos descontrolados. La señora Cospedal se había encargado de calentar el ambiente afirmando que este tipo de actos le recordaban el 23-F. Esta señora, no sé si por exceso de trabajo y/o responsabilidad, cada vez está teniendo intervenciones públicas más desafortunadas.
A mí, puestos a recordar, algunas de las cosas que están pasando me empiezan a recordar tiempos pretéritos de principios de los setenta o finales de los sesenta. Por ejemplo, las citadas cargas policiales (aunque ahora vistan de azul), la toma de la radio y la televisión públicas de la manera en que lo está haciendo el partido del gobierno, esa especie de pensamiento único que se está instalando sobre la crisis y las medidas para salir de ella,..
Por cierto, ¿dónde está la oposición? ¿existe realmente?
Ahora bien, el mayor fracaso es el de la delegada del gobierno en Madrid, el de los mandos policiales e, incluso, el de algunos miembros de la policía. Con una relación de un policía (había 1400) por cada cuatro manifestantes (había unos 6.000), no se explica que la violencia policial haya sido tan extrema en varios momentos y que haya ido mucho más allá de la autodefensa ante los ataques de algunos descontrolados. La señora Cospedal se había encargado de calentar el ambiente afirmando que este tipo de actos le recordaban el 23-F. Esta señora, no sé si por exceso de trabajo y/o responsabilidad, cada vez está teniendo intervenciones públicas más desafortunadas.
A mí, puestos a recordar, algunas de las cosas que están pasando me empiezan a recordar tiempos pretéritos de principios de los setenta o finales de los sesenta. Por ejemplo, las citadas cargas policiales (aunque ahora vistan de azul), la toma de la radio y la televisión públicas de la manera en que lo está haciendo el partido del gobierno, esa especie de pensamiento único que se está instalando sobre la crisis y las medidas para salir de ella,..
Por cierto, ¿dónde está la oposición? ¿existe realmente?
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