Josep Fontana es, junto con Jover Zamora y Tuñón de Lara, uno de esos historiadores que hacen época y con los que se aprende historia y algo más. Adquirí hace unos meses su monumental Por el bien del imperio. Una historia del mundo desde 1945 con la que de alguna manera culmina (tiene ya ochenta años) su larga trayectoria historiográfica. Seguramente como fruto de esa magna obra le ha parecido a Fontana interesante ofrecernos su visión de lo que nos espera de seguir así las cosas, un poco en la línea de otro de los grandes del siglo XX como era Eric Hobsbawm.
El problema, en mi opinión, es que el resultado deja mucho que desear. Me parece un escrito precipitado, con una gran desigualdad en el tratamiento de los diferentes temas: así, un exceso de información sobre aspectos no relevantes en un libro así (por ejemplo, sobre el sistema penal de Estados Unidos) y, al mismo tiempo, pasando de puntillas sobre el crecimiento y los cambios que se están produciendo en Asia.
Podría parecer una especie de testamento político del autor, pero es desgraciadamente, con mucha diferencia, de lo peor que he leído en los últimos tiempos sobre el tema.
Todo lo dicho no empequeñece ni de lejos la obra del profesor Fontana, pero sí me lleva a la consideración de lo difícil que es el ensayo sobre lo que pasa y/o puede pasar en el mundo. Por otro lado, me parece muy logrado el título del libro.
Otra cosa que no me ha gustado es que, para un texto de 153 páginas, se dediquen al final otras 63 para las notas bibliográficas.
Otra cosa que no me ha gustado es que, para un texto de 153 páginas, se dediquen al final otras 63 para las notas bibliográficas.
Josep Fontana, El futuro es un país extraño. Una reflexión sobre la crisis social de comienzos del siglo XXI.
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