Segundo autor venezolano “descubierto” en el ya
citado otras veces dossier de La Vanguardia.
Muy distinto a Centeno incluso en el lenguaje que aparece con menos localismos
entre otras cosas, seguramente, por desarrollarse en otro ambiente social y
cultural.
Una novela muy entretenida sobre un tema que a mí
siempre me ha interesado como es el de los entresijos de los programas
televisivos, en este caso: los culebrones y los reality shows. Con una estructura muy pensada y trabajada, el autor
nos va mostrando ambos temas a partir de las voces de sus dos protagonistas: un
joven recién llegado a la profesión y un libretista con más de veinte años de
experiencia. Ambas van transcurriendo casi en paralelo para, en una inteligente
parte final, ir acercándose hasta convertirse casi en una única voz.
Además, a lo largo de sus intervenciones, el
escritor experimentado va introduciendo algunas agudas reflexiones sobre literatura,
la mujer y, sobre todo, las que más me han llamado la atención y hecho sonreír,
las referidas a la edad ya que acaba de cumplir los cincuenta años. Me ha
recordado mucho en este sentido a las del libro de Paul Theroux, Saint Jack.
Una novela inteligente sobre la televisión y, principalmente,
muy entretenida. Y bien escrita. Barrera obtuvo en 2006 el Premio Herralde de Novela con La enfermedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario