Es la sexta novela que leo de Chirbes, pero la
primera desde que en 2003 leí Los viejos
amigos. Dada la, por otra parte, un tanto absurda costumbre que he adoptado
de no leer apenas autores españoles, se me pasó Crematorio de la que, sin embargo, vi la adaptación a la
televisión.
Todo esto viene a cuento porque la que comento me ha
parecido una novela espléndida, de esas que dejan huella humana y literaria, de
las que te cuesta trabajo despegarte cuando las estás leyendo y que te meten en
su mundo.
Una novela que usa principalmente los monólogos del
protagonista en los que, además, apenas existe el punto y aparte, con escasos
diálogos y solo algún fragmento contado en tercera persona; en la que la historia,
la trama, no es lo relevante al lado de la cantidad de temas sobre los que se
escribe y reflexiona: la familia, la relación padre-hijo, la vejez (este
central en la obra), el deterioro, la soledad, el dinero, el enriquecimiento
ilícito y, sobrevolándolo todo, el fracaso y la frustración.
Dice Rafael Chirbes sobre su novela en una
entrevista:
“Y yo creo que es verdad que el impulso de la prosa
está en el ritmo de la puntuación, en la música, que es muy importante. Yo creo
que el lenguaje por sí mismo no es nada, si no es contenedor de cosas, pero
tienes que jugar con ese contenedor, cómo lo distribuyes. El ritmo de un libro
es muy importante, su respiración, la tensión. En libros como «Crematorio» o
«En la orilla», se busca, dado que el lector se enfrenta a cosas que no le
hacen ninguna gracia, y que le hablan de sí mismo de un modo no muy
gratificante, que el lector no te deje. «En la orilla» es un libro totalmente
centrífugo, como un pulpo que quiere tocar todas las cosas. No quiere ser un
libro de personajes sino de un tiempo. “
Creo que no se puede expresar mejor lo que es esta
gran novela que tiene también la virtud de animar a mirarse uno mismo bien
adentro.
Se ha dicho que es la novela de la crisis.
Efectivamente, la crisis es el telón de fondo, sus personajes hablan a veces de
ella, han sido afectados por ella, pero es muchísimo más. Es una reflexión
sobre la vida hecha desde la madurez de alguien más allá de los sesenta.
Absolutamente recomendable. Nada más terminarla he
colocado Crematorio, de la que se ha
dicho que es, junto a La fiesta del chivo
de Vargas Llosa, lo mejor escrito en castellano en el presente siglo, en el estante de libros pendientes.
Además de la entrevista citada, dejo otros dos
enlaces que me han parecido interesantes. Otra entrevista muy completa con Chirbes en la
que se habla de la literatura en general y de su obra en particular, y un breve comentario sobre esta
novela.
Rafael Chirbes, En
la orilla
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