Cien páginas le bastan y le sobran a Zweig para dar
otro ejemplo de literatura de la buena. Novela corta o relato largo que para el
caso es lo mismo. Una anécdota mínima con un desenlace bastante previsible desde
muy pronto, unos personajes con cierto misterio, unas relaciones intensas, una
descripción precisa y, como siempre en este autor, una sensibilidad y una forma
de contar exquisita que embarcan al lector en su historia y su atmósfera.
Siento no poder leer a Zweig en su idioma original
porque imagino que tiene que ser algo especial, aunque creo que las
traducciones modernas de su obra están muy bien hechas. Una vez más hay que
agradecer a la editorial Acantilado su labor de divulgación de este gran
escritor de la primera mitad del siglo pasado.
Como cada vez que ha aparecido algo del autor en el
blog, recomiendo este libro o cualquiera de los suyos ya sea narrativa, ensayo
o historia.
Como curiosidad me queda comentar que tenía otras
dos ediciones de este libro: una bastante antigua con el título de Subversión de los sentidos en el que no
consta ni la editorial ni el año de edición, y otra que publicó en 1986 la
editorial Laertes con el título de La
confusión de los sentimientos. Obviamente y a pesar de lo mucho que me
gusta Zweig no había leído ninguno de los dos. Desconozco el motivo de este
despiste.
Stefan Zweig, Confusión
de sentimientos. Apuntes personales del consejero privado R.v.D.
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