Libro
realmente breve en el que este profesor británico ofrece una síntesis de lo que
fueron el estalinismo y su creador. El autor califica de panfleto su obra.
Según la RAE, un panfleto, en su acepción menos dura, es un “Opúsculo de
carácter agresivo”, lo que como veremos enseguida, no
cuadra bien con la visión que ofrece Wood.
Quienes
conozcan mínimamente los años de creación y posterior evolución de la URSS no
creo que hallen especiales novedades en este librito; quizá, eso sí, disponer en
forma breve de la información más relevante. Quienes, como es mi caso, busquen
una cierta profundización en lo que fue y significó el estalinismo, quedarán
defraudados. Es un texto muy descriptivo y solo en dos ocasiones se dan unas
cuantas interpretaciones aunque de forma muy apresurada y superficial: una al
hablar del Terror y la otra en el capítulo final que titula, El legado ambiguo.
He
leído varios libros sobre la época del estalinismo centrados en la represión.
Varios han aparecido ya en el blog y otros lo harán próximamente. Como ejemplos
realmente magníficos de lo que supuso esa época están los seis volúmenes de los
Relatos de Kolimá de Varlam Shalámov
o, desde otra perspectiva y con otro enfoque, las memorias de la mujer de Bujarin que leí no
hace mucho. Detesto a ese personaje y no me vale el que se diga que bajo su
mandato la URSS creció, se industrializó y se “modernizó”. Lo mismo pasó en
Chile con Pinochet o en España con Franco.
Creo
que el autor no ha entendido bien lo que significa la objetividad histórica, y
si no, valga este texto que aparece en la página 138:
“Aunque millones de personas quedaron atrapadas en
aquella red mortal, también se cuentan por millones los que siguieron con su
rutina y sus preocupaciones diarias sin ver nunca el interior de una cárcel o
de un campo de concentración rodeado de alambradas.”
¿Podía ser de otra manera en un país tan grande? (en
Camboya Pol Pot consiguió reprimir a la inmensa que la mayoría). En Argentina,
Chile, España o China, por poner solo algunos ejemplos, ¿no fue exactamente igual?
En fin, son un despropósito afirmaciones como la
citada que restan valor a un libro que, por otra parte, tampoco era nada del
otro mundo. Sorprende, además, porque el autor tampoco se muestra como un
defensor del estalinismo.
Alan Wood, Stalin
y el estalinismo
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