Me ha entretenido mucho esta segunda temporada de House of Cards. Aunque a veces me haya perdido, aunque algunas tramas resultan demasiado rebuscadas y poco creíbles, aunque si te lo crees tal y como lo cuentan (bueno basta con creerse el 10%) te desmoralizas, a pesar de todo eso, me ha gustado. Tiene una espléndidas interpretaciones, está muy bien dirigida y el tema, si se salvan los escollos citados, es interesante.
Si la unimos a Boss, el sistema político estadounidense desde luego sale como para no desear vivir en ese país. En España sería impensable hacer series parecidas. Aquí los Borbones abdican y se sustituyen sin que nadie se enteres de los porqués, pero ese es otro tema.
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