Tanto Josep Ramoneda como Andrés Ortega hacen un análisis bastante desapasionado y, relativamente, objetivo. Ambos, sea cual sea su posición final, defienden que o se resuelve el problema desde la política o quedará ahí para volver.
Muy diferente es el caso de Álvarez Junco. Este parte de las ideas sobre lo que es el nacionalismo, para luego centrarse en el catalán y hablar de su corporativismo y clientelismo. No aporta ninguna salida al problema, solo analiza. Ahora bien, desde mi antinacionalismo visceral y racional que al mismo tiempo me lleva a defender el derecho de los catalanes a decidir, el texto del profesor Álvarez Junco creo que está un tanto desenfocado y destila un cierto tufillo lo que no es mucho para lo que se está empezando a leer y oír por estos días.
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