He sido muy
aficionado al cine “carcelario”. Desde siempre se han hecho muy buenas
películas tanto en Europa (recuerdo sobre todo
varias francesas) como en Estados Unidos. Suele reflejar unas
situaciones límite en las que la condición humana aparece con todas sus
contradicciones, que son muchas y variadas. (Aunque no sea lo mismo, sí tiene
algo que ver con mi obsesión por el tema de los campos de concentración que ya
ha salido bastantes veces en este blog.)
Sin embargo,
desde la literatura no se ha tratado demasiado este tema o, al menos, yo lo
desconozco. Por eso cogí este libro con muchas ganas y no me ha defraudado. La
cárcel con todos sus elementos y con todos sus problemas: la deshumanización, el
racismo (estamos en USA en los setenta), la violencia (con múltiples asesinatos),
el mal funcionamiento de la justicia tanto de jueces como de abogados, el sexo,
etc. Y, obviamente, con una mirada fuertemente crítica ya que no en vano el autor
pasó en ella veinticinco años de su vida. Solo el título es ya una declaración
de intenciones.
Todo aparece
reflejado en este buen libro escrito con la agilidad y el brío narrativo que he
comentado ya al referirme a los otros dos libros que he leído recientemente de
Bunker. A partir de dos personajes protagonistas perfectamente definidos nos va
describiendo las situaciones mencionadas entre las que se incluye también una
huelga por la mejora de las condiciones de vida.
Un libro muy
interesante, bien contado, con pasión y que da una visión bastante
negativa de este tipo de instituciones. Es el tercero que leo del autor en muy poco tiempo y vendrán otros.
Dejo a
continuación algunos textos que reflejan bien algo de lo que he comentado:
“A ellos la
justicia les da igual. “Ellos” eran tanto los abogados como los jueces.” (p.15)
“-Mira, estabas
vendiendo maría como si tuviera licencia.
-Y no me parece
nada malo. No me parece mal. Hay demanda.
-Eso no se lo
digas al juez, ni a nadie que te encuentres en la cárcel.” (p.17)
“Soy un ladrón y
estar en la cárcel no es más que una consecuencia inevitable. Nunca pensamos en
pasar el resto de la vida fuera, simplemente se piensa en el tiempo que
tendremos entre condena y condena. Si es mitad y mitad, puedes estar contento,
es todo un éxito.” (p.188)
“(…) la sociedad
nunca nos perdona ni nos olvida. Nos dejará seguir en libertad siempre que
aceptemos tener una vida de mierda. Te dejo limpiar los zapatos por la calle o
lavar coches o freír hamburguesas. A los expresidiarios blancos es lo que les
toca hacer. Imagínate lo que es ser negro y salir, seguramente sin educación.”
(p.189)
Hace poco he
estado viendo una serie de televisión, Orange
is the new black, que tiene
también la cárcel, de mujeres en este caso, como escenario y algunos temas en común como
pueda ser el de los problemas raciales y que, además, está basada en un libro
en la que la protagonista relata el años que pasó en prisión. Aunque no me ha
gustado especialmente la segunda temporada, lo comento por si alguien tiene
interés en estos temas.
Edward Bunker, La fábrica de animales
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