Con este libro se completa la trilogía
autobiográfica del autor. En su estructura se parece más al segundo que al
primero ya que utiliza la misma técnica de presentar a distintos personajes y mostrar,
a través su relación con ellos, algunos aspectos de su vida. Aún más que en el
segundo no hay un orden cronológico estricto y va contando diversas historias de
forma más o menos ordenada.
La marginalidad, los bares, la prostitución, la
soledad, los locos y el alcohol aparecen permanentemente en el libro aunque,
eso sí, sus personajes siempre están tratados con una sensibilidad y ternura
que es lo que más me atrae de este gran escritor.
Al terminar de leer cada uno de sus libros quedan
unas ganas enormes de conocer Tánger claro que tendría que ser la ciudad que
vivió Chukri y no, seguramente, la actual.
Un gran escritor y un gran personaje que se
relacionó con gente como Paul Bowles
(como recoge en un libro también muy bueno), Jean Genet (al que también dedicó
un libro que tengo pendiente) oTenesse Williams; alguien que a los veinte años
era aún analfabeto y que tuvo una durísima infancia y adolescencia lo que creo
que explica bien el tratamiento que da a sus personajes.
Cualquiera de sus libros es totalmente recomendable
y creo que sería lo mejor hacerlo en orden cronológico.
Mohamed Chukri, Rostros,
amores, maldiciones
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