Hace bastantes años que leí las dos
principales obras de Fitzgerald que, tengo que reconocerlo, no me impresionaron
tanto como había oído decir. Acaban de hacer una nueva traducción de esta que
comento y por eso la he adquirido y leído. Me ha gustado mucho sobre todo en
las partes en las que el protagonista, productor de cine, está trabajando
seleccionando y criticando guiones y escenas; me parece una certera visión de
lo que era el cine en aquella época. Recientemente he leído un libro de
Bukowski sobre el mismo tema pero enfocado desde la perspectiva del guionista;
entre ambos se obtiene una idea bastante completa de cómo funcionaban los
estudios cinematográficos. Sin embargo, hay un aspecto de la novela que no me
ha llamado la atención y es el tratamiento que da a la, o las, relaciones
amorosas del protagonista. Puede ser que, al tratarse de una obra inacabada y
pendiente de varias revisiones, el autor hubiese cambiado cosas, pero tal y
como está lo publicado, insisto, no me ha gustado demasiado.
Creo que en el estupendo Epílogo hecho
por la traductora, Dolors Ortega, hay un texto que explica mucho mejor de lo
que yo podría hacerlo elementos claves de la novela; comentario con el que
estoy totalmente de acuerdo:
“Fitzgerald quería dotar a su novela de un título
que nos hiciera pensar en una película. Y así lo hizo. Logró escribir una
novela que describe el mundo del cine desde dentro y desde fuera, a modo de
película, con una mirada compartida con Cecilia y un rico universo sensorial.
La plasticidad de su narrativa, la poética de sus descripciones y la
construcción climática de la narración envuelven al lector, que mantiene la
tensión de la lectura saboreando cada una de las escenas que el texto le regla,
aun siendo consciente de enfrentarse a una obra inacabada sin un desenlace
desarrollado”. (p.229-230)
Una obra muy recomendable aunque es una pena que no
la terminase porque estoy seguro de que
sería aún mejor. Por cierto, hay versión cinematográfica que espero ver pronto pues es nada menos que de Elia Kazan con De Niro y Nicholson.
Francis Scott Fitzgerald, El último magnate
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