Si bueno fue el final del año, tampoco está mal
iniciar 2015 con este libro. Mujica hace mucho tiempo que me ha interesado como
personaje. Hasta ahora solo le conocía por un par de documentales y ya me
impresionaba su forma de entender las cosas. El libro no ha hecho sino
reafirmarme en lo que pensaba.
El periodista que lo ha escrito ha utilizado una
forma que me ha parecido muy original pues va entretejiendo el texto con sus apreciaciones
y las del propio Mujica sin que estas aparezcan entrecomilladlas, aunque sí
deben de ser literales.
Tiene una pequeña parte de biografía de infancia y
juventud hasta llegar a su época de militancia en los tupamaros que abarca una
parte sustancial del libro, y donde se van mezclando las informaciones del
periodista con las valoraciones, aportaciones e interpretaciones del
protagonista. A mí es la parte que me resulta más interesante ya que, como me
pasa con los montoneros argentinos, los movimientos guerrilleros de los sesenta
y setenta me parecen un tema apasionante.
Así pues, a lo largo del libro Mujica va desgranando
muchos elementos de su forma de pensar entre los que destaco por haberme
llamado especialmente la atención los siguientes: su verdadera pasión por la
naturaleza hasta el punto de considerarse casi panteísta, la insistencia en la
necesidad para la izquierda de aprender gestión (hay que tener en cuenta que el
libro es de 1999, esto es, muy lejos aún de aspirar a la presidencia), sus críticas
al Parlamento o mejor al trabajo, escaso, de los parlamentarios para el sueldo
que cobran, su insistencia en que la acción de los tupamaros era defensiva ante
lo que se venía cuando el periodista le presenta documentos que afirman otra
cosa, y, sobre todo, su heterodoxia y su libertad de
pensamiento.
Un libro, pues, muy recomendable para comprender a
este político diferente en tantos aspectos. Solo un par de cosas no me han gustado
de la edición: por un lado, al ser el sistema político uruguayo tan distinto
del español, hubiera sido útil una mínima aclaración pues algunos de sus aspectos son difíciles de comprender y, por otra parte, la actualización que se hace
para hablar de sus años de presidente son casi ilegibles por la cantidad de
siglas e informaciones prolijas que, sin conocer el contexto, tampoco se
comprenden. Obviamente ambas cosas, que podrían mejorarse en otra edición, no
quitan interés ni valor al libro.
Dejo a continuación tres textos que reflejan de
alguna manera esa heterodoxia mencionada:
“No estoy hablando de llegar a revoluciones
socialistas, estoy hablando de tener un país un poco más decente. Que es previo
a cualquier otra cosa”. (p.187)
“Me he dedicado a detectar algunos tipos, quizás una
docena, que piensan en la derecha. Es que hay unos cuantos muy lúcidos. Y yo me
dedico a seguirlos porque son tipos con los cuales aprendo”. (p.216)
Miguel Ángel Campodónico, Mujica
No hay comentarios:
Publicar un comentario