Hacía tiempo que no se publicaba nada de Gary, un
escritor que, cuando lo conocí, me puse a leer todo lo publicado en España. La
que comento no es, desde luego, su mejor novela e incluso quizá no sea una
buena novela, pero he disfrutado mucho con su lectura que he hecho de “dos
tirones”.
Parece ser que
tiene bastantes componentes autobiográficos. La escribió muy al final de su
vida y, dicen, que a lo mejor ayuda a entender su suicidio.
Si el lector está en la edad del protagonista (59
años) o, como es mi caso, superior, creo que disfrutará más con la lectura y,
por qué no decirlo, también pasará algún mal rato. Hay varios capítulos en los
que no he tenido más remedio que sonreír; son aquellos en los que Jacques acude
a los médicos para explicar sus problemas de disfunción sexual (la novela está
escrita en 1975 y no existía la Viagra); los diálogos entre el protagonista y los
doctores son un verdadero tratado sobre la decadencia “masculina”. Este es el
tema central de la novela aunque también lo son el amor y, de forma un tanto
lateral pero también con cierta relevancia, la crisis económica de esos años.
Gary pone al servicio de su historia esa forma de narrar tan clara y
contundente típica de su literatura. Un verdadero personaje tanto en su
trayectoria vital como en la literaria.
Recomendable para varones en o cerca de la “tercera
edad”
Dejo el enlace
al comentario hecho por Rafael Conte a una edición anterior (de 2006).
Romain Gary, Próxima
estación: final de trayecto
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