Lem es un escritor conocido
fundamental y casi únicamente por sus obras dedicadas a la ciencia-ficción.
Como es un género que no me gusta ha sido para mí un autor desconocido hasta
este libro que me ha suscitado reacciones contradictorias pues si, por una parte,
hay capítulos en los que encuentras reflexiones y comportamientos interesantes,
en otros -como sobre todo en el primero y el último- no he logrado saber qué es
lo que me quería expresar.
He leído dos críticas muy positivas de la obra. En una se hace una alusión a La montaña mágica novela que, efectivamente, recuerda en algunos
momentos y en un cierto tratamiento de la relación entre dos de los personajes,
pero estando muy lejos de la gran obra de Mann. En la otra se resaltan también muchos de los
valores que tiene y que yo tengo que reconocer que no he encontrado.
Aunque no coincida con gran parte de lo que se dice en
ambas críticas, sí que me han gustado del libro varias cosas: la
atmósfera lograda del interior del sanatorio y del mundo físico circundante,
algunas reflexiones sobre la escritura y la filosofía, algunas alusiones
políticas (el libro está escrito en 1948 y no fue publicado hasta 1956) y el
tratamiento que da al contexto histórico ya que, desarrollándose en 1940, este
aparece en muy contadas ocasiones pero con la suficiente información (presencia
de los SS en el sanatorio, llegada de enfermos de guerra y de enfermos
provenientes de un campo de concentración, alguna referencia a lo que estaba
pasando con los judíos) para que se tenga clara constancia de ello.
Sin embargo, tanto el capítulo que abre el libro con
más de cincuenta páginas dedicadas a un entierro y a las relaciones familiares
del protagonista, como el que lo cierra con la presencia de las SS y la tensión
de una novela de acción, me han parecido que se salen de la tónica general de
una novela que, en definitiva, me ha dejado esas sensaciones contradictorias de
las que hablaba. En cualquier caso se intuye que se trata de alguien que tiene
cosas que decir y que sabe hacerlo como demostrará posteriormente ya que este
fue su primera novela lo que quizá explique algunas de sus imperfecciones o
vacilaciones.
Stanislaw Lem, El
hospital de la transfiguración
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