No hace mucho que tuve la ocasión de comentar su
última novela, En la orilla, y
aproveché el momento para arrepentirme de haber abandonado un tanto a este
autor que es, desde luego, uno de los mejores escritores actuales en lengua
castellana. De hecho a mí es el que más me gusta sin desmerecer por ello a
Cercas o Marías.
Tiene algo especial Chirbes en las historias que
cuenta y en la forma de contarlas. En este caso, historias familiares vistas
desde diferentes perspectivas a partir del uso de varios narradores que
muestran, de alguna manera, aspectos de la realidad española no solo reciente
sino desde los años sesenta. Dividida en varios capítulos sin numerar y sin
ningún punto y aparte lo que podría suponer un riesgo de hacer la lectura
farragosa; en absoluto es así. La capacidad narrativa del autor supera ese tipo
de dificultades y la lectura resulta fluida y apasionante. Además, con esta
estructura formal logra crear una atmósfera un tanto especial.
Tiene también el valor añadido de no efectuar juicios
sumarísimos de valor sobre los
personajes, sino que procura mostrarlos dentro de la gama de los grises. Los
hay mejores y alguno un poco peor, pero sin que la condena sea total y sin que
haya matices que puedan incluso justificar algunos comportamientos.
Se ha dicho de Crematorio
que es la mejor novela del siglo XXI. No creo que eso sea demasiado importante;
sí lo es que se trata de una gran novela, de un ladrillo más en la gran obra
que está edificando Chirbes y reconozco que fue un error dejarla pasar en su
día. No me sucederá con la próxima.
En buen comentario con más detalles sobre el
contenido en el cultural y una interesante entrevista en el suplemento de cultura del ABC.
En su día vi la serie de televisión basada en la novela. Está bastante bien realizada.
Rafael Chirbes,
Crematorio
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