Es el primer libro que conozco, y por lo tanto que leo, de un escritor
palestino. Kanafani fue militante del Frente Popular para la Liberación de
Palestina, el grupo más radical, y murió asesinado en 1972 en un atentado hecho
por los servicios secretos israelíes.
Es curioso que el conflicto entre Israel y Palestina sea uno de los que más
páginas han llenado y continúan haciéndolo en los medios de comunicación y, sin
embargo, sea tan escasa la publicación de obras de autores palestinos que, dado
el elevado nivel cultural de ese pueblo y sus dificultades para sobrevivir,
seguro que deben de ser relativamente numerosas.
En esta trilogía se recogen tres novelas cortas o relatos de muy diferente
estilo, aunque en todas aparezca de forma más o menos explícita el tema del
conflicto. Fueron escritas entre 1963, la primera, y 1969, la última que refleja de forma expresa
la existencia de los fedayín y los
campos de refugiados.
En la primera, la que más me ha gustado, cuenta la historia de tres
personas que pretenden emigrar a Kuwait para tratar de sacar adelante a su familia.
Escrita de una forma típicamente realista, refleja muy bien el drama de la
emigración incluso mostrando el aprovechamiento por parte de algunos para
obtener beneficios; es decir, lo mismo que hoy oímos sobre las mafias.
La segunda, en la que no he llegado realmente a entrar, es bastante más
compleja y no termino de entender muy bien qué pretendía un escritor que quería
llegar a su pueblo, y que tenía una militancia tan determinada y determinante,
con esa especie de experimentación.
La tercera, en la que vuelve al realismo, se compone de diversas escenas a
veces demasiado “educativas”.
Un libro bastante desigual que tiene, eso sí, el enorme interés de poner en
contacto con una literatura casi totalmente desconocida por aquí y que muestra
algunos elementos del drama palestino contándolo desde los momentos en que se
están originando.
El libro lo edita Hoja de Lata, una editorial nada menos que de Gijón (Xixón)
y que, en mi opinión, comete el error de poner al principio del libro un
trabajo de la traductora sobre los textos que en la edición primera de 1991 estaba
al final, que es donde debería estar ya que cuenta todo lo que sucede en las
novelas. Es muy interesante lo que analiza y explica, pero me parece que habría
sido mucho mejor ponerlo como Epílogo.
Gasán Kanafani, Una trilogía palestina
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