Hace
una par de meses, cuando leía el libro de Paul Theroux El último tren a la zona verde, me encontré con una referencia a
este de Kapuscinski bastante positiva por ser uno de los pocos que existían
sobre Angola aunque también algo crítica por dar una perspectiva, según
Theroux, un tanto parcial.
Al
tratarse del libro de Kapuscinski que siempre he considerado el mejor, me
planteé que sería interesante releerlo después de tantos años, 15 en concreto,
para ver qué pensaba hoy. No hay variado ni un ápice mi anterior apreciación.
Es un libro realmente extraordinario por la forma que tiene el autor de abordar
un tema tan complejo y delicado como la independencia de Angola y la guerra que
la precedió (y que luego continuó aunque ya se sale fuera de lo contado en el libro),
y al decir la forma me refiero al tratamiento literario y a la perspectiva
desde donde lo aborda.
El
libro está organizado en cuatro capítulos de los que el cuarto consiste
básicamente en una serie de informaciones sobre el origen de Angola, la colonización
y los diferentes movimientos guerrilleros que operaban en el país, esto es, se
trata de un capítulo en el que ofrece una información básica útil pero sin más
relevancia. Los realmente importantes son los otros tres.
En
el primero, describe de una forma magistral el vaciamiento de la capital Luanda
de la que huyen hasta los policías, los bomberos y los basureros. En el
segundo, el mejor del libro y uno de los mejores textos que he leído nunca
sobre la guerra, relata un viaje al sur del país hasta la frontera con Namibia
en el que quedan reflejadas perfectamente las características de una guerra en
el Tercer Mundo; baste decir que el gobierno provisional del MPLA disponía de
un avión de dos motores para abastecer de todo tipo de productos, incluido el
armamento y la munición, a todo el territorio bajo su control. En este capítulo
vemos al autor pasar verdadero miedo y aun así continuar porque quiere contar
lo que él ve y no lo que le cuenten. En el tercero, de vuelta a Luanda, va
contando cómo es la vida en la capital en plena guerra y con el anuncio de un
ataque desde el norte y el sur simultáneamente, y donde llama poderosamente la
atención la paralización de la guerra durante los fines de semana y la proyección, por
ejemplo, de Emmanuelle, la película erótica famosa en esa época.
En
fin, un texto repleto de momentos de gran tensión y emoción. Buena parte de los
personajes que en él salen murieron en muy poco espacio de tiempo y Kapuscinski
al final tuvo que ser evacuado.
Como
dice Theroux, el libro está escrito de forma favorable al MPLA y crítica hacia
el FNLA y UNITA. Así pensábamos muchos entonces y no imaginábamos que, con el
paso de los años y la gran cantidad de petróleo descubierta, los que obtuvieron
el gobierno iban a tener el comportamiento que cuenta el mismo Theroux.
Evidentemente no habíamos visto aún la película Queimada, que si no…
Un
libro que hay que leer.
Ryszard
Kapuscinski, Un día más con vida
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