En su obra autobiográfica Otra vida Enquist dice lo siguiente de este libro:
“Domina el tema (Enquist
habla de sí mismo en tercera persona). Son sus paisajes, su tierra, su
familia. No tiene por qué sentir ese terror paralizante de escribir sobre lo
que es privado. Escribe una novela que se titula La partida de los músicos, sobre esos mismos personajes antes de
emigrar. Elimina la emigración, pero no a las personas. Se lo pasa en grande
aunque es una historia terrible. (….) Sin la menor consideración, da a su
familia una biografía diferente, o suma dos de ellas; se trata de ficción, pero
aun así se trata de la verdad, casi.” (p. 396)
Con ello ya queda de manifiesto que la tremenda y
muy interesante historia que cuenta tiene que ver con sucesos reales, tanto de
su familia como del lugar donde se desarrollan los hechos.
El libro cuenta los primeros intentos de crear
sindicatos ligados al partido socialista en la zona norte de Suecia en la
primera década del siglo XX en el mundo laboral de los aserraderos. Para ello
se envía desde Estocolmo a Elmblad, uno de los grandes protagonistas de la
novela, un agitador que tendrá que pasar
muy malos momentos en ese mundo hostil ya que:
“En otros sitios eran los esbirros de las compañías
o la policía o el mismo diablo los que lo perseguían y lo jodían. Pero aquí
eran los propios obreros. Eso era lo más amargo de todo. Esas piadosas ovejas
de los cojones que no sabían lo que más les convenía, eso era lo más amargo.
Eran los suyos, y se rieron de él y encima le sacudieron de cojones.” (p. 41)
Enquist ha tenido una vida muy intensa y complicada
a veces. Escribe de forma magistral y tiene una magnífica técnica para
construir la novela. De tal manera que sabemos cosas que suceden pero cuya
causa entenderemos más adelante. Refleja de maravilla el ambiente laboral y
social del lugar y la época y, sobre todo, hace una acerada crítica de las
mentalidades sobre todo de la religiosa, como consta en este fragmento:
“(…) esta singular mezcla de piedad y
sentimentalismo, rigor y vulgaridad, calidez y frialdad, vigor y muerte, propia
de Västerbotten.
El puritanismo y la frivolidad.
Las costumbres del país oscuro no eran fáciles de
comprender.” (p. 111)
Sobre su escritura José María Guelbenzu en
elpaís.com hace esta espléndida valoración que expresa perfectamente lo que
significa esta gran novela: “La suya es una escritura tallada a presión, pero
con una soberbia delicadeza. La dureza del mundo que narra se adecua a ella. (…)
Este es un tipo de narrativa de fuerza que parecía
perdida. No hay concesiones, no hay miedo a contar aun lo más repulsivo y
doloroso; hay belleza: la tremenda belleza de la humanidad."
Es una novela con muy buenos personajes tanto
protagonistas como secundarios y a cada uno sabe muy bien Enquist darle el
espacio adecuado.
Hay una particularidad de la traducción que me ha
llamado la atención y me ha gustado. En la zona de Suecia donde se desarrolla la
novela se habla un particular dialecto que no siempre entiende el resto de la
población. Los traductores, como explican en el Prólogo, han utilizado para traducirlo una variante
popular del aragonés pirenaico castellanizándola. El método creo que es bastante
bueno y el resultado original.
Un libro muy recomendable de un escritor que hasta
ahora me ha dado las suficientes satisfacciones para seguir atento a cualquier
nueva traducción de su obra.
Per Olov Enquist, La partida de los músicos. Traducción de Marina Torres y Francisco
L. Uriz
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