Desde que en enero de este año leí por
primera vez un libro de la autora, Y eso
fue lo que pasó, no he parado de seguir conociendo su obra. En concreto
este libro de relatos es el quinto que leo (los cuatro anteriores tienen su
correspondiente comentario en el blog). Esto quiere decir que es una escritora
que me encantó desde el primer momento tanto por lo que contaba como por la
forma en que lo hacía.
Con estos relatos me ha sucedido algo
diferente porque algunos no parecen salidos de su mano. De hecho todos fueron
publicados póstumamente y creo que ella no habría deseado hacer público más de
uno.
Hay relatos que son magníficos; desde
la especie de declaración de principios que supone ese A propósito de las mujeres que abre el libro, a los dos que lo
cierran, Las muchachas y, sobre todo,
La madre, pasando por los que están
al principio, Una ausencia y Los niños. Pero junto a ellos hay dos, Traición y La casa junto al mar, que me han parecido tremendamente flojos y
poco dignos de aparecer en un libro escrito por Natalia Ginzburg. Tanto la
historia como la resolución de algunas situaciones me han parecido bastante flojas
y en un tono muy alejado del resto de los relatos del libro. Por eso, creo que
siendo cierto que: “La prosa limpia, exacta y
poética de Ginzburg infunde credibilidad a los personajes y las situaciones. No
hay sentimentalismo en su forma de contar, sino desgarro, desencanto,
pesimismo.” -como afirma en el cultural.com un buen crítico como es Rafael Narbona-, solo se puede aplicar a una
parte de los relatos. (Por cierto, Narbona hace una crítica muy positiva de todo el libro)
El relato es un género muy difícil que
ha tenido, y tiene, verdaderos especialistas y me da la impresión de que si
Ginzburg no los publicó en vida debió de ser por algo.
En todo caso es un libro que tenemos
que leer los seguidores de la escritora.
Natalia Ginzburg, A propósito de las mujeres. Traducción María Pons Irazazábal.
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